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Encuentran una relación entre el amor y los genes de la altura

20 enero, 2016 18:19

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El amor es esa ciencia inexacta que mueve más dinero que las grandes farmacéuticas. Muchos dicen que hay química, otros casualidades, y lo cierto es que entraña mucha más complejidad de la que creemos. A grandes niveles, nuestro cuerpo sufre cambios en el sistema límbico, director de nuestras emociones, activando/desactivando áreas. Se liberan una gran cantidad de hormonas que nos proporcionarán felicidad, alegría, y esa sensación de mariposas en el estómago. Pero, ¿está todo esto diseñado en nuestros genes?

Las teorías que había hasta el momento se apoyaban en la evolución; el macho buscaría a la hembra con mejores características para asegurar su descendencia, como son las caderas anchas o el tamaño de los senos, ambos relacionados con la genética y un toque de ambiente (nutrición entre otros).

Pero, ¿qué pensaríais si os dijese que uno de los genes más importantes a la hora de buscar nuestra pareja ideal está relacionado con la altura?

Cuestión de atracción

Los investigadores de la Universidad de Edinburgh, liderados por Albert Tenesa han llevado a cabo un análisis del genoma de más de 13.000 parejas heterosexuales y han encontrado que los genes que determinan nuestra altura influyen en la elección de nuestra pareja.

La relación es tal, que el 89% de las variaciones genéticas en estos genes que afectan a las preferencias individuales por la altura de la otra persona y la propia, se comparten, de forma que nos sentamos mayormente atraídos por personas de la misma altura.

Aunque la altura sea un carácter que también se ve afectado significativamente por el ambiente (véase los jugadores de baloncesto), encontraron que la relación era puramente genética.

Amor en la práctica

Pero bueno, no pensemos que el amor es solo cosa de genes. Durante la evolución también se podría comprender que hechos como traer la caza, hacer galán de supervivencia, o proteger de los depredadores, afectaban a la selección del consorte. Transportado a la actualidad, no significa que tengamos que traerle la cacería a nuestra pareja, sino que debemos saber que hay muchos factores en juego.

La atracción física puede que depende de la genética, pero el hecho de mantener una relación no se va a salvar por nuestros genes. Detalles, huir de la rutina, la personalidad de cada uno, los gustos y aficiones, la madurez social e intelectual…

Este estudio nos acerca mejor el papel de la genética en lo cotidiano, su relación con hechos que nos sorprenden. Aun queda para conocer y controlar dichos genes, pues seguimos con una incógnita que se resiste: la epigenética.

Fuente | Biomed