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Doctor, ¿por qué me mareo?

22 septiembre, 2015 10:37

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El mareo es una situación típica y en gran parte de las ocasiones normal para nuestro organismo. No son pocas las ocasiones en las que he tenido que presenciar a pacientes que se aquejaban de este problema viniendo a la consulta médica, ¡incluso en urgencias hospitalarias! Lo peor de todo, es que las edades podían variar desde menos de 20 años hasta más de 80, y curiosamente en su mayoría se trataba de mujeres.

Hoy aprenderemos algunas de las razones por las que pueden producirse mareos, y porque gran parte de ellos son normales por ser un modo totalmente natural de reacción de nuestro cuerpo hacia un estímulo, y cómo es bastante fácil solucionarlos casi todos.

1. Falta de azúcar

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Una de las razones de mareo más típicas es la falta de azúcar, a la cual los médicos llamamos “hipoglucemia“, y es la situación que se produce cuando hay menos de 70 mg/dl de azúcar en sangre. Dicha situación provoca mareos e incluso desmayos dependiendo de cada individuo, y las razones pueden ser varias: Haber comido poco , haber realizado ejercicio en exceso o por la toma de algún fármaco (típicamente los usados en la diabetes, por haber usado demasiado fármaco en comparación al consumo de alimento).

¿La solución? ¡Tomar azúcar! Alimentarse, a poder ser con un refresco o un café con azúcar o un zumo es la mejor opción, y la más rápida de hecho.

No debe confundirse con la hiperglucemia o exceso de azúcar en sangre, un término mucho más amplio que depende de la hora del día y la cantidad de comida consumida, y se acompaña de visión borrosa entre otros síntomas.

2. Anemia

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Anemias hay mil tipos, y no siempre son por falta de hierro, aunque precisamente esta es la más conocida. La anemia se define por un nivel de hemoglobina sanguíneo bajo, que dependiendo del laboratorio de estudio puede variar. Incluso la tolerancia a la anemia es variable entre individuos (una mujer de unos 18-20 años puede tolerarla peor, paradójicamente, que una señora de 80 años).

¿La solución? En primer lugar, JAMÁS tomar hierro o productos vitamínicos por nuestra cuenta y sin saber si existe tal anemia, o qué la ha causado. En primera instancia debe realizarse un control analítico, y hasta saber la causa, no hacer nada más. Tomar suplementos porque sí no es recomendable, y puede enmascarar otro origen no conocido del problema.

3. Tensión baja o hipotensión

Contrariamente a lo que se pueda pensar, tener tensión baja o hipotensión NO es un problema. El problema viene si se producen mareos de repetición o incontrolados, los cuales hay que tratar. La tensión normal estándar suele ser 120/70, pero tener un poco más (130 o 135 y 80 o 85), o tener menos (90 y 60 por ejemplo) no siempre es problemático, dependiendo de la persona. A partir de 135/85 ya se puede considerar elevada en algunos individuos. Por su parte, tener una tensión baja sin sufrir mareos NO es un problema. Si no hay síntomas, no hay nada que tratar. Ahora bien, si nos mareamos continuamente y se debe a la tensión, es hora de echarle un ojo. ¡Ah! Y esta es precisamente la razón de los mareos por calor excesivo, pues nuestro cuerpo provoca una bajada de tensión rápida en reacción al exceso de temperatura.

¿La solución? De forma rápida, beber líquidos, a poder ser isotónicos (como las bebidas deportivas), o en su defecto agua. Si tenemos a mano refrescos con cafeína, mejor, pues podremos prevenir tanto el mareo por hipotensión como por hipoglucemia. Pero, ¡ojo!, solo de forma puntual. Que nadie se ponga a beber refrescos porque “eso previene el mareo”.

4. Vértigo

Los vértigos SÍ pueden llegar a ser muy problemáticos, y molestos. En estos casos notaríamos que las cosas giran a nuestro alrededor o que nosotros parecemos girar respecto al entorno. No es cuestión de vida o muerte, pero en casos de vértigo agudo sí es conveniente acercarnos a nuestro centro de salud de referencia si son muy intensos e incontrolables para ser valorados y tratados.

Vértigos también existen de muchos tipos, y por varias razones, por lo que nos daría para un artículo entero explicarlos.

¿La solución? Si es la primera vez que nos ocurre, y no cede de forma espontánea con el paso del tiempo, lo correcto es acercarnos a la consulta médica y ser valorados.

5. Dolor de cuello o cervicalgia

Otro de los casos donde podemos sufrir mareos, en gran parte de las ocasiones asociados a dolores de cabeza, es en las cervicalgias o dolores de cuello. Cuando sufrimos una contractura en la zona cervical o nuca, o en sus alrededores, la tensión puede llegar a comprimir los nervios de la zona y afectar a nuestro sentido del equilibrio.

¿La solución? Los dolores musculares en general son complicados de tratar y eliminar, por lo que lo primero es armarnos de paciencia. Dicho esto, el tratamiento suelen ser antiinflamatorios y relajantes musculares, siempre dependiendo del grado de dolor y/o contractura que suframos. Todo ello, por supuesto, post-valoración médica.

6. Mareo inespecífico

Finalmente, tenemos lo que en medicina se llama el mareo idiopático o mareo inespecífico, que en el lenguaje común vendría así “ni idea”.

En gran parte de las ocasiones se realizan múltiples pruebas y estudios para averiguar el origen de un mareo, y no se llega a esclarecer el motivo. Esto es común, y mayoritariamente sucede en mareos sin importancia, por lo que no os indignéis si en alguna ocasión os sucede y no logran descubrir por qué ha pasado. Puede deberse a alguna de las razones anteriores y no llegar a diagnosticarse por ser demasiado leve.