¿Por qué la falta de sueño afecta a tu comportamiento y tus emociones?
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Sabemos que la falta de sueño puede tener graves consecuencias en nuestro organismo, tanto a corto como a largo plazo. No es raro, por tanto, que haya sido un método de tortura en la antigüedad. Una de estas consecuencias es la alteración de las emociones, lo que puede provocar que nuestro cerebro no distinga entre algo inocuo y una emoción importante en situación de falta de sueño. Sin embargo, aunque conozcamos estos efectos emocionales, seguimos sin saber por qué la falta de sueño es vital para el pensamiento.
Ahora, un reciente estudio por parte de Talma Hendler, de la Universidad de Tel Aviv (Israel) pretende solucionarnos algunas dudas al respecto
La falta de sueño y el comportamiento emocional
En el estudio, publicado en el Journal of Neuroscience, Hendler y sus colegas mantuvieron a 18 individuos despiertos toda la noche. Durante dicha noche se midió sus necesidades de sueño, que lógicamente otorgaban un mayor cansancio a medida que pasaban las horas. Se sometió a los voluntarios a dos rondas de pruebas mientras sus cerebros eran escaneados, el día después de una noche de sueño normal y a las 24 horas de estar completamente despiertos y sin haber dormido durante toda la noche.
En una de las pruebas se pidió a los voluntarios seguir la dirección de unos puntos amarillos, los cuales se colocaban encima de imágenes para distraer a los voluntarios de las emociones positivas evocadas por dichas imágenes (un gatito, una serpiente, o una cuchara, evocando emociones positivas, negativas o neutrales respectivamente).
Como era de esperar, si los voluntarios estaban descansados, eran más rápidos y mejores a la hora de determinar la dirección de los puntos si la imagen era neutral. Pero, tras una noche sin dormir, su rendimiento era igual de malo tanto en imágenes neutrales como en las emocionales positivas o negativas. Esto podría deberse simplemente a que el insomnio empeora el rendimiento cognitivo, pero Hendler opina que hay algo más sutil: La falta de sueño otorga una respuesta emocional a situaciones o imágenes neutrales, como en este caso.
¿Situación neutral o situación emocional? Depende de la falta de sueño
Para ahondar en este detalle emocional, Hendler y su equipo llevaron a cabo otro experimento donde se usó resonancia magnética funcional, la cual mide la actividad cerebral gracias al flujo sanguíneo en diferentes áreas del cerebro.
Nuevamente, se mostraron imágenes positivas, neutras o negativas a los voluntarios; a su vez, se escaneaban sus cerebros mediante la prueba de neuroimagen. De nuevo, los que sufrían falta de sueño se distrajeron tanto en imágenes neutras como en las emocionales. Ahora bien, los que no habían dormido tenían una mayor actividad cerebral en el área de la amígdala, la cual se cree que juega un papel esencial en las emociones. Resulta que dicha área cerebral reacciona frente a situaciones emocionales, pero en los individuos con falta de sueño, la activación de la amígdala se produjo tanto con imágenes neutrales como frente a las emocionales.
Por su parte, la corteza cingulada anterior, situada en la zona frontal del cerebro, también tuvo una actividad inusual en las situaciones neutrales. Dicha área cerebral se cree regulada por la amígdala, y por tanto también participa en la regulación de las emociones. En los individuos descansados las dos regiones se activaban simultaneamente, pero en los que sufrían falta de sueño se produjo una desincronización entre las áreas.
En otras palabras: La falta de sueño provoca que el cerebro no sepa controlar las respuestas emocionales. Por ello, frente a una privación de sueño, tendemos a ver situaciones normales o cotidianas como dignas de atención; les otorgamos un significado emocional, perdiendo así su neutralidad. El cerebro pierde la capacidad para filtrar los peligros, y cree que todo es importante y digno de atención, cuando eso no es así.
Vía | New Scientist.
Fuente | Journal of Neuroscience.