La moral humana ha dictado nuestro comportamiento en incontables situaciones. Mientras que algunas personas no sienten la misma devoción por las buenas acciones, pensar positivo o simplemente realizar algo sin recibir nada a cambio, las personas que llevan a cabo un estilo de vida positivo, reciben una gran recompensa (y no a nivel material precisamente).

Existe una fuerte correspondencia entre un grupo particular de conexiones en el cerebro y el estilo de vida positivo, según un nuevo estudio. Los investigadores han señalado que sus resultados muestran lo que los psicólogos llamarían ‘factor-g’ de la inteligencia general, una variable que se propuso por primera vez en 1904 utilizada para resumir las habilidades cognitivas de una persona en diferentes tareas.

El agradecimiento del cerebro

El equipo de investigadores dirigidos por el Centre for Functional MRI of the Brain de la Universidad de Oxford, ha trabajado analizando las conexiones cerebrales de 461 personas y las ha comparado con 280 comportamientos diferentes y medidas demográficas, que estaban recogidas en la información de algunos participantes, y el estudio ha sido publicado en Nature Neuroscience.

Encontraron que la variación en la conectividad cerebral y los tratos individuales oscilaba en un solo eje, en el que diferenciaban los comportamientos positivos de los negativos en el número de áreas cerebrales activadas.

El equipo usó información del Human Connectome Project (HCP), un proyecto que costó alrededor de los 30 millones de dolares y que recogía información como MRI de diferentes personas, comparándola con un cuestionario que también se le realizaría. Gracias a esta información, el equipo realizó un mapa del cerebro en el que encontró una fuerte relación ente comportamientos positivos y áreas encargadas de la memoria, la satisfacción, el léxico o la educación.

Este principio es el que basa el factor-g, pues apoya que algunas de las medidas relacionadas con la inteligencia aparecen de la mano con otras medidas también asociadas a esta capacidad, en pocas palabras, si eres bueno en algo, lo serás también en muchas más cosas.

Ahora que podemos añadir este estudio a lo conocido hasta el momento del propuesto factor-g, reforzamos la idea que muchas de las capacidades cognitivas están íntimamente asociadas entre ellas y con las capacidades sociales.

Es un buen momento para mejorar como persona, ser más agradecido, dar más de nuestra parte y sobre todo actuar con positivismo frente a los diferentes problemas.

Vía  | Universidad de Oxford