Desmontando mitos: Una dieta baja en grasa NO ayuda a perder peso
La dieta baja en grasa se ha presentado como la panacea de la pérdida de peso desde hace años. Posteriormente se empezó a exponer a los carbohidratos como los grandes culpables de la epidemia de obesidad, pero aún así han seguido publicándose estudios que nos hacían dudar sobre la mejor dieta: ¿Dieta baja en grasa o dieta baja en carbohidratos?
Sí, estamos de acuerdo en que algunos factores de la dieta baja en grasa son beneficiosos, como el hecho de enfocarse en el consumo de alimentos saludables como frutas y verduras. Sin embargo, dichos alimentos pueden igualmente consumirse en una dieta alta en grasa, pero baja en carbohidratos. Y precisamente esta última es la que parece resultar más exitosa según un gran meta-análisis publicado en The Lancet Diabetes & Endocrinology.
Dieta baja en grasa, un mal camino para la pérdida de peso
Empecemos por la obviedad: Perder peso no es fácil. Y de hecho muchas nuevas directrices nutricionales han ido cambiando para ser más específicos respecto a esta situación, ya que algunos estudios han llegado a la conclusión de que, pasado cierto límite de obesidad, llegar a perder peso hasta un normopeso es prácticamente imposible.
El buen enfoque es primordial, y parece que una dieta baja en grasa no era la solución que buscábamos. Al menos así lo afirman los resultados del gran meta-análisis realizado por parte del Hospital Brigham para Mujeres y la Facultad de Medicina de Harvard, en el cual se han tenido en cuenta hasta 68.000 adultos.
Según los resultados, la dieta baja en grasa no solo NO es la mejor forma de perder peso a largo plazo en comparación a las dietas altas en grasa, sino que habría una dieta que sí deberíamos tener en cuenta: La Dieta Mediterránea, por ser una dieta alta en grasas pero baja en carbohidratos.
Así lo comenta el Dr. Deirdre Tobias, autor principal del estudio:
“No existe una buena evidencia como para recomendar una dieta baja en grasa. Detrás de este asesoramiento dietético se esconde como razón el hecho de que la grasa contiene el doble de calorías por gramo que los carbohidratos y las proteínas, por lo que la idea es tan simple como reducir la ingesta de grasa. Sin embargo, nuestros resultados sugieren de forma robusta que esto no sucede así”
La conclusión primordial del estudio es que, de forma contraria a lo que muchos pensaban, la forma de hacer frente a la epidemia de obesidad no es dejar de tomar de forma completa y absoluta las grasas de los alimentos, sino que más bien hay que ser equilibrados: Seleccionar los alimentos nutricionalmente más saludables, aunque muchos de ellos puedan ser altos en grasa.
El ejemplo claro de esto es la Dieta Mediterránea, la cual es alta en grasa pero baja en carbohidratos. Ahora bien, también es importante darse cuenta de qué tipo de grasas hablamos, pues en esta dieta se encuentran grasas procedentes del aceite de oliva o los pescados grasos como salmón, caballa o atún, las cuales son grasas saludables por contener ácidos grasos tipo omega-3. Por su parte tenemos otros alimentos como el aguacate, el chocolate negro o las nueces, que contribuyen con su gran variedad de vitaminas y minerales (reduciendo así el riesgo de enfermedad cardiovascular, obesidad, diabetes y otras).
Pero, ¡ojo!, no se trata tampoco de eliminar completamente los carbohidratos. En la Dieta Mediterránea también existen, muchos de ellos procedentes de granos enteros (y no del azúcar). Así pues, no debemos reducir las grasas o buscar alimentos “light” o bajos en calorías, sino ser selectivos con los alimentos en general, buscando que sean sobre todo bajos en carbohidratos aún siendo altos en grasas. Por lo visto, hemos estado equivocados.
Vía | Medical Daily.
Fuente | The Lancet Diabetes & Endocrinology.