Cirujanos de Nueva York han logrado el trasplante de cara más complejo hasta ahora, en la que han llamado una operación “histórica”.

El paciente fue Patrick Hardison, un bombero retirado que sufrió serias quemaduras en la cabeza cuando el techo del edificio en llamas en el que estaba se derrumbó.

La historia del donante de la cara también es trágica: un ciclista que acabó en estado vegetativo por un accidente de tráfico. No solo acabó donando la piel de su rostro, sino también el corazón, el hígado y los ojos, salvando y mejorando las vidas de varias personas al mismo tiempo.

El trasplante de cara más complejo es casi un milagro

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Todas esas operaciones son complicadas, pero una operación de rostro de esta extensión era algo que no se había hecho hasta ahora. Para empezar, no sólo había que encontrar un donante que compartiese el grupo sanguíneo, como es lo normal con los trasplantes, sino que también tuviese la misma tonalidad de la piel, la misma altura, peso y color del pelo.

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Incluso cuando apareció el donante ideal, la magnitud de la operación era tal que los cirujanos informaron a Hardison que tenía un 50% de posibilidades de fallecer en la mesa de quirófano. Más de cien personas divididas en dos equipos participaron en la operación, que duró 26 horas. Y lo peor aún no ha pasado.

Como la piel forma parte del sistema inmune, el riesgo de rechazo es enorme y tiene consecuencias mortales. Suele darse en los 90 días posteriores a la operación, pero ya han pasado tres meses y ese rechazo no se ha producido. Pese a todo, Hardison tendrá que tomar pastillas para suprimir el sistema inmune durante el resto de su vida y someterse a más operaciones para ajustar la piel y eliminar cicatrices.

Fuente | The Guardian