El alcohol podría disminuir el riesgo de muerte en el Alzheimer
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El riesgo de muerte en el Alzheimer va aumentando progresivamente a medida que avanza la enfermedad. Actualmente existen medicamentos que parecen frenar, en cierta medida, los síntomas del Alzheimer precoz (y moléculas capaces de “limpiar el Alzheimer del cerebro“, actualmente en estudio). Por su parte, el alcohol es la sustancia polémica de nuestra era. Los estudios son contradictorios, unos a favor y otros en contra de dicha bebida.
El de hoy es de los que va a favor, y es que una reciente investigación publicada en el British Medical Journal afirma que el consumo de 2-3 unidades de alcohol (consumo moderado) diarias se habrían vinculado a un menor riesgo de muerte en el Alzheimer en estadio temprano.
El alcohol y la paradoja del Alzheimer
Como comentábamos, el alcohol se ha asociado a un menor riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular o cerebrovascular en algunos estudios; pero, a su vez, también ha demostrado vínculos con daños en células cerebrales. Esto nos indicaría algo paradójico, pues si el alcohol daña el cerebro, sería lógico pensar que acabará provocando demencia o contribuyendo a ella. Sin embargo, este nuevo estudio indica todo lo contrario.
Para demostrarlo, los investigadores estudiaron a 321 individuos con enfermedad de Alzheimer en etapa precoz, incluidos en el Estudio de Intervención en el Alzheimer de Dinamarca o DAISY (lo que se definiría como una puntuación de 20 o menos en el conocido Mini Mental Test).
En el estudio DAISY se proponía evaluar el impacto de un programa de 12 meses de asesoramiento y apoyo psicosocial, junto al seguimiento posterior durante tres años, con el objetivo de acumular datos como el consumo de alcohol, que analizaremos hoy.
El alcohol y el riesgo de muerte en el Alzheimer
De entre todos los participantes de DAISY, un 8% no bebía alcohol, y un 4% bebía más de 3 unidades diarias. La mayor parte de la muestra (71%) afirmaba consumir 1 unidad o menos de alcohol al día, mientras que el 17% bebía entre 2 y 3 unidades de alcohol.
Durante el periodo de seguimiento, un 16,5% (53) de los participantes murieron. Y, paradójicamente, el consumo de 2-3 unidades de alcohol diarias se asociaba a un 77% menos de riesgo de muerte, en comparación a los que consumían 1 unidad o menos de alcohol.
No hubo, por su parte, diferencias significativas entre el riesgo de muerte de aquellos que no bebían nada de alcohol y los que bebían 3 unidades diarias o más.
Los resultados, además, se mantuvieron incluso al tener en cuenta otros datos de posible sesgo como género, edad, enfermedades previas, vida en soledad o con cuidado, nivel educativo, tabaquismo, calidad de vida y resultado de Mini Mental Test.
Alcohol y Alzheimer, ¿cuál es la explicación?
La duda lógica es, ¿cómo es posible que el alcohol disminuya el riesgo de muerte en el Alzheimer? Parece no tener sentido, pero los investigadores barajan algunas hipótesis.
Una de ellas sería que aquellos individuos que beben moderadamente suelen tener una red social más rica, algo que se ha vinculado a una mejora en la calidad de vida y a la longevidad. Por otra parte, otra posible explicación es que el posible efecto protector de alcohol se deba a una causalidad inversa, es decir, que aquellos que consumiesen poco alcohol lo hiciesen por encontrarse en la fase terminal de su vida (lo que inflaría de forma artificial la asociación entre consumo moderado de alcohol y menor riesgo de muerte).
Como podéis observar, no se trataría de una asociación directa de causa-efecto. Es decir, el alcohol NO es recomendable como protector de ninguna enfermedad, sino que su consumo moderado parece haberse asociado a un menor riesgo de muerte porque, a su vez, dicho consumo moderado se asocia a otros factores beneficiosos (como mayor red social, o mayor actividad cotidiana, entre otros factores). Los investigadores desaconsejan tajantemente el consumo de estas bebidas a pesar de los resultados, pues aún son necesarios más estudios al respecto para vislumbrar la acción real del alcohol, pudiendo ser perjudicial a largo plazo.
Vía | EurekAlert!
Fuente | British Medical Journal.