Consejos para padres y madres: ¿Adolescentes "conflictivos"?
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Cuántas veces hemos oído lo de “Ya verás cuando sea adolescentes los problemas que te dará” o “¿Tu hijo ya tiene 14 años? te compadezco” entre muchas otras diferentes pero todas con un mismo significado, la población en general etiqueta a los adolescentes de conflictivos, y lo cierto es que hay muchos jóvenes que debido a un estilo educativo inadecuado y muchos otros factores lo pasan muy mal en la época adolescente porque no saben expresar lo que sienten, porque no se sienten apoyados/comprendidos y porque no se sienten seguros de si mismos.
No todos los adolescentes hacen pasar malos momentos a sus padres, la gran mayoría de adolescentes se comporta con máxima normalidad, con esa normalidad que es propia de la adolescencia, y ahí viene el problema, la sociedad no entiende ni acepta esa normalidad.
Los 4 puntos a tener en cuenta en los adolescentes
1. Normas: Llegas a casa y tu hijo/a tiene la habitación hecha un desastre, ¿la norma de que la habitación tiene que estar recogida está establecida? o damos por hecho que tiene que hacerlo porque “toca”. Muchas veces se exigen hábitos que no se han instaurado nunca, un niño que desde muy pequeño ha tenido el hábito de recoger la habitación lo hará también de adolescente, quizás baje durante temporadas su implicación hacia la casa o la habitación, pero si le hablas de una forma firme y con respeto volverá esa implicación.
El “no puedo contigo”, “no puedo más” sólo te desautoriza y no soluciona el problema. No te desahogues ni descargues tus frustraciones sobre tu hijo adolescente, sólo conseguirás que se se aleje cada vez más de ti. Las normas y limites en el hogar se establecen desde que los niños son pequeños y a medida que crecen se van adaptando. A un niño se le empieza a educar desde que nace, no cuando empiezan los problemas, menos mal que esos problemas tienen solución, sino la profesión de psicólogos de adolescentes ya no existiría.
2. Comunicación: Si no se ha establecido una base solida de comunicación desde la infancia es muy difícil establecerla de un día para otro y cuando el niño/a tiene 13 años y prefiere hablar más con sus iguales que con sus progenitores.
Es muy importante no obligar al joven a que no cuente, ni preguntar delante de familiares o amigos, para que un joven se comunique tenemos que proporcionar el momento optimo, que se sienta seguro, tranquilo y con ganas de expresarse. Si le hablas bien, te contestará bien, y si no es así es que ya hay un problema que viene de mucho tiempo atrás y tendrás que buscar ayuda profesional.
Si ya damos por hecho que no nos va a contar nada, nos alejamos de él. No eres su amiga/o eres su progenitor, pero eso no significa que no puedas empatizar, hablarle de su música favorita o de moda. Si sólo te comunicas con él para juzgar, exigir, regañar, cada vez se aleja más.
3. Confianza: La confianza se gana, si se educa con firmeza y cariño el niño va adquiriendo respeto hacia su progenitor que se mantiene en la adolescencia, pero si ha crecido a base de gritos, enfados, comparaciones, siendo juzgado, regañado absolutamente por todo, etc, no te respetará. El tiempo juntos de calidad desde la infancia (excursiones, deporte en familia, viajes etc) ayuda a establecer un vinculo de confianza difícil de romper. Si ya estaba establecido y ves que se empieza a perder no intentes recuperar el vínculo con presión y dale ese espacio que pide, pero en su justa medida.
4. Comprensión: La adolescencia es una etapa de cambios necesarios para pasar a la vida adulta, es necesario comprender esos cambios, ayudarles y apoyarle en el proceso, no juzgar los cambios de humor, sino entender que hormonalmente son “bombas de relojería”. Muchos padres olvidan todo lo que sentían en la adolescencia, y como les afectaba no sentirse comprendidos. Es muy importante ponerse en el lugar del adolescente y a pesar de que no nos guste lo que ocurre entender que hay una razón un por qué detrás de cada comportamiento.
La adolescencia es una etapa mágica de la cuál como padres podemos ser participes y disfrutarla también.