¿Por qué a tu cerebro le gustan los vídeos de gatos?
No podemos negar la evidencia: Nos encantan los vídeos de gatos, o de animales en general. Y no solo vídeos, también cualquier mínima foto o gif de un animal medianamente adorable es suficiente para que el basto y amplio Internet se arrodille ante sus encantos.
La duda lógica es: ¿Por qué? ¿Qué tienen los vídeos de gatos para cautivar de tal manera a nuestro cerebro?
Vídeos de gatos y cerebro: Cuestión de instinto y supervivencia
La respuesta ante esta duda la tendrían los científicos de la Universidad de Yale, los cuales opinan que se trata de una cuestión de supervivencia. Y es qué, según estos investigadores, los humanos nos sentiríamos instintivamente atraídos hacia cualquier cosa con características similares a las de un bebé (humano, evidentemente): Ojos grandes, mejillas amplias, frente grande y rasgos generales redondeados.
Así lo comenta Oriana Aragón, psicóloga de la Universidad de Yale:
“Nuestra supervivencia depende de que cuidemos a nuestros jóvenes. Es una parte característica de la especie humana, y por ello respondemos a estas características”
De hecho, incluso los vendedores de artículos de consumo como los automóviles han aplicado estas características a estos: Amplio, redondeado… ¿Os habéis dado cuenta?
Expresiones vs emociones: ¿Por qué queremos pellizcar a los bebés?
Por otro lado, ¿recordáis las típicas expresiones como “comerse a un bebé” o el hecho de querer pellizcar los mofletes a uno de ellos? Es ilógico, pero también tiene explicación: Se llaman expresiones dimorfas, y servirían para autorregular nuestras emociones (como las lágrimas de alegría, o los gritos frente a nuestra canción favorita).
Según comenta Aragón, dichas expresiones que nada tienen que ver con nuestra emoción real serían una forma de retroalimentación facial que envía información al cerebro y ayuda a controlar la emoción primaria, la cual en un primer instante puede ser demasiado abrumadora.
La ternura de los vídeos de gatos aumenta la concentración
Finalmente, y como curiosidad, resulta que existe un estudio similar a este realizado en Japón donde se mostró a diversos voluntarios imágenes de animales bonitos, en comparación a imágenes de alimentos u otras fotos neutras. Según los resultados, los participantes que veían imágenes de animales bonitos o que les inspirasen ternura aumentaron su desempeño y concentración.
Así pues, si alguna vez os acusan de ver demasiados vídeos de gatos o cualquier otro animal de inspire ternura, la respuesta será clara: Estás intentando aumentar vuestra productividad laboral (y la ciencia lo demuestra).
Vía | CNN.