El animal terrestre más rápido del mundo ha muerto
Sarah, el que oficialmente fue el animal terrestre más rápido del mundo, ha fallecido a los 15 años, recordándonos la situación de su especie.
24 enero, 2016 16:35Noticias relacionadas
- India lanza la misión que le puede convertir en el cuarto país en llegar a la Luna
- Tu nuevo fondo de pantalla ha sido posible gracias a una vela solar
- Duro como una piedra o blando como la gelatina: este material dinámico cambia con la iluminación
- Esta lengua electrónica puede "probar" y analizar líquidos en solo un minuto
Sarah, el animal terrestre más rápido del mundo, ha fallecido, recordándonos que hay muchas asombrosas especies que están a un paso de la extinción.
Sarah era un magnífico ejemplar de guepardo que vivía en el zoológico de Cincinnati, Ohio. No es la última de su especie ni tampoco había esperanzas de que volviese a su medio natural, pero no por ello es menos importante.
Sobre todo teniendo en cuenta el papel mediático que tenía la guepardo, que iba más allá de simplemente atraer visitantes al zoo. Los guepardos ya son de por sí una de las especies de felinos grandes más dóciles, pero además fue criada junto a un pastor de Anatolia, por lo que adquirió un carácter afable ideal para los más pequeños.
Así de rápido era el animal terrestre más rápido del mundo
Gracias a esto, Sarah se convirtió en embajadora de la causa por la protección de los grandes felinos, una causa a la que aún le queda mucho camino por delante. De ahí viene su condecoración como “animal terrestre más rápido del mundo”, cuando en 2009 batió oficialmente el récord al recorrer los 100 metros en 6,13 segundos. En 2012 volvió a mejorar el registro hasta los 5,95 segundos.
Más rápida que Usain Bolt, tituló la prensa. Sí, todo era una maniobra de publicidad para que hablásemos de estos animales y de su protección, y probablemente habrá ejemplares de la misma especie en libertad que sean más rápidos, pero al menos ayudó, aunque fuese mínimamente, a concienciar sobre la conservación de estos animales.
Los guepardos están catalogados como “vulnerables”; a principios del siglo XX había unos 100.000, pero la caza (por su piel, para proteger al ganado) ha reducido su número hasta los 10.000 ejemplares.
Esta especie suele vivir entre los 8 y los 12 años, así que, con 15 años de edad, a nadie le sorprende la noticia de la muerte de Sarah. Pero pese a todo, sigue siendo una gran pérdida.