El dolor crónico altera nuestro sistema inmune
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El dolor es un mecanismo que emplea nuestro cuerpo para avisarnos o mantenernos al tanto que nuestro organismo está sufriendo algún tipo de daño. Tenemos un tipo de receptores en nuestra piel y en algunos órganos conocidos como nociceptores, cuya función es recoger información sobre un estímulo que pueda estar causando algún tipo de daño, y enviarlo al cerebro que lo interpretará como dolor.
Cuando nos pinchamos con una aguja, conforme hacemos presión sentimos más dolor, esto no es más que la señal que dichos receptores están valorando y enviando a nuestro centro de información; el cerebro. Pero, ¿qué ocurre cuándo padecemos un dolor crónico? ¿tiene el mismo sentido que nos siga informando que estamos sufriendo daños?
Aunque los investigadores del McGill University no nos respondan a esta duda, si nos sorprenden con un novedoso hallazgo al encontrar una relación entre el dolor crónico y modificaciones que sufriría nuestro sistema inmune.
El dolor crónico nos hace vulnerables
Ya conocíamos el papel del dolor crónico en la aparición de síntomas como la depresión y la ansiedad, pero este estudio parece encajar la pieza del puzzle que faltaba. Moshe Szyf, profesor de la Facultad de Medicina en McGill, junto a su equipo encontraron que el dolor crónico produce cambios en la forma en la que el ADN se marca, no solo en el cerebro, sino también en los linfocitos T, células que conforman la defensa de nuestro sistema inmune.
A diferencia de otros estudios que hayan podido estudiar las modificaciones a nivel del ADN, este estudio se enfoca en los cambios epigenéticos, concretamente en el patrón de metilación, una maquinaria que decide si los genes se expresan o no y regula su actividad.
Los resultados fueron sorprendentes, pues de cientos a miles de genes, estaban marcados de diferente forma en las ratas que usaron como modelo animal para estudiar el dolor crónico.
La revolución epigenética
La epigenética es un campo que esta revolucionando el concepto que teníamos sobre la genética, pues logra explicar y responder las dudas que quedaron en blanco cuándo intentábamos resolver un problema fenotípico estudiando solo el genoma. Actualmente es uno de los impedimentos a la hora de realizar la clonación de animales, ya que es dinámica, es decir, va alterando su actividad a lo largo del desarrollo del individuo haciendo más/menos accesibles genes apropiados para su etapa.
En el caso del dolor crónico, comprender que la epigenética juega un papel importante nos ayudará en un futuro a tratar con presteza los síntomas del dolor crónico y reforzar las defensas de nuestro sistema inmune.
Fuente | MGU