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Tecnología

Europa acaba de dar el primer paso para una autopista de datos casi en tiempo real

El lanzamiento del primer satélite geoestacionario marca el comienzo del EDRS, la llamada autopista de datos espacial. ¿Cómo cambiará el uso de satélites?

31 enero, 2016 19:36

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La EDRS, European Data Relay System, o como se le conoce, la autopista de datos espacial, es uno de los proyectos más ambiciosos de la ESA en esta década.

Gracias a los satélites podemos conseguir información muy actualizada y con gran detalle sobre todo lo que pasa en la superficie de la Tierra, desde imágenes en alta resolución, hasta análisis químicos o espectrales.

Todo eso es muy útil, pero tiene un gran inconveniente, que la comunicación con estos satélites deja mucho que desear. Para que un satélite se conecte con los receptores en tierra, tiene que estar pasando justo por encima, y sólo hay una ventana de tiempo en la que la transferencia de datos es posible, sobre todo en el caso de satélites de órbita baja.

EDRS, la autopista de datos espacial

Eso es porque los satélites normalmente orbitan toda la tierra, no se quedan sobre un punto, y una vez que desaparecen de la vista de los receptores, la comunicación se corta hasta que vuelven por el otro lado después de dar la vuelta.

En estudios científicos a largo plazo esto tal vez no sea tan importante, pero en el caso de satélites usados en tareas de rescate en emergencias, como por ejemplo en desastres naturales, esta puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

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Así nace el proyecto EDRS, consistente en una red de satélites geoestacionarios que se comunica entre sí por láser para conseguir transmisiones casi en tiempo real. Esta misma semana el proyecto ha conseguido su primer logro, con la puesta en órbita del primer nodo de esta red, un satélite que iba en un cohete Proton lanzado desde Kazajistán el pasado 29 de enero.

Cómo funciona el proyecto EDRS

satelite

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Los satélites geoestacionarios, o geosíncronos, orbitan la Tierra a la misma velocidad que el planeta, por lo que desde nuestro punto de vista siempre están en el mismo sitio. Es decir, que estos satélites siempre estarán en la misma posición relativa; de esta manera no solo podrán comunicarse directamente con tierra con rayos láser, sino que también podrán comunicarse entre sí. Al estar a unos 36.000 kilómetros de distancia de la Tierra, pueden alcanzar más partes de la superficie.

La idea es que estos satélites del EDRS se conecten con los satélites en órbita que obtengan información y datos, y los manden a los científicos, unidades de respuesta o agencias de manera rápida y directa.

Por el momento ya se ha puesto la primera piedra hacia este futuro, y se espera que el año que viene se lance el segundo satélite láser, y que en 2020 se lance el tercero. En el 2018 ya deberíamos ver las primeras mejoras en las comunicaciones, ya que será entonces cuando el EDRS empiece a transmitir datos de la Estación Espacial Internacional.