Olivia, la niña que no siente dolor, ni hambre, ni sueño
El hambre, la sed y el sueño son necesidades fisiológicas básicas del ser humano. Por su parte, el dolor no es más que nuestro sistema de alarma sistémico ante los peligros (si algo duele, es mejor no repetir la experiencia, como sucede con la comida picante).
Sin embargo, hay ocasiones donde alguno de estos sistemas (nutrición, sueño o dolor) se altera en nuestro organismo, bien a nivel genético, o bien a nivel físico porque alguna de las vías nerviosas tiene algún fallo dentro de toda su complejidad.
Olivia, la niña biónica
Aunque a muchos les gustaría no sentir el dolor, la realidad es que padecer esta falta de sensibilidad dolorosa es una maldición genética: ¿Cómo sabemos que algo duele y no debemos repetirlo? ¿Cómo saber si nos hemos roto algo y debemos curarlo? ¿Cómo podríamos notar que nos hemos quemado?
Ahora, imaginemos que no solo no sentimos dolor, sino que tampoco tuviésemos necesidad de comer o dormir.
Dejad de imaginar, pues ese caso existe: Se llama Olivia Farnsworth, y se trata de una niña de 7 años que no siente dolor, ni hambre, ni sueño. No conoce ninguna de estas tres necesidades y todo es debido a una alteración genética por la falta del cromosoma 6p. Ella come por necesidad fisiológica, pero no por “ganas” como debería ser. Y no duerme, llegando a pasar hasta varios días sin tocar la cama.
La maldición de no sentir dolor, hambre ni sueño
Si erais fans de la conocida serie “House“, recordaréis la existencia de un capítulo donde había una niña que tampoco sentía el dolor (padecia “CIPA”), ni conocía el peligro (si algo no duele, no es peligroso, ¿no?). En el caso de Olivia sucede algo similar, ya que de pequeña incluso fue atropellada y acabó con la cadera desencajada y no expresó dolor alguno.
Evidentemente todos sus síntomas ya empezaron cuando solo era un bebé: Ni lloraba, ni dormía, ni pedía comida. Actualmente toma una serie de medicinas para dormir y actúa con relativa normalidad, pero sus padres se preocupan por su falta congénita de sentimiento de peligro.
¡Ah! Y cabe destacar que, a pesar de que la falta de dolor (analgesia congénita) es conocida, el caso de Olivia es de momento único en el mundo al juntar tres síntomas en una misma persona.
Vía | Daily Mail.