Desmontamos los mitos populares sobre las dietas
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¿Vas a empezar una dieta y tienes tus dudas? Seguramente te toparás con el gran bloque de mitos y leyendas que puedan mantenerte en dudas sobre empezar una dieta. Y si ya nos dejamos guiar por internet, el resultado puede ser realmente desastroso.
Para hacer que lo más difícil de llevar una dieta sea simplemente llevarla (y no empezarla) en Medciencia os desvelamos la realidad sobre lo mitos que giran en torno al complejo mundo de las dietas.
1. Los alimentos sin gluten son más sanos
Después del boom de los productos ‘sin azúcar’, tocó el turno a los alimentos ‘libres de gluten’. Muchas personas piensan que al carecer de gluten, supondrán un coste calórico menor. Pero la realidad es distinta, pues como nos acerca Lisa Mallonee, del Texas A&M University Baylor College of Dentistry, los alimentos sin gluten poseen un sustituto para mantener la misma función en términos de sabor y nutrición, que curiosamente contribuye mejor a la ganancia de peso.
Para los celiacos, la amplia variedad de alimentos sin gluten está permitiendo que incorporen a su alimentación una variedad más completa de productos. Si dejamos de comprar estos alimentos, estamos influyendo en el precio que tendrán estos productos para las personas que solo puedan adquirir esta variante, por lo que tampoco este sea un mito que debamos de tomar a raja tabla.
2. Los productos light son sinónimo de perder peso
Sentirnos menos culpables al tomar algún snack, postre o refresco light, es un hecho demasiado extendido. Que utilicen un sustituto del azúcar comercial no los hace más sanos, pues aunque puedan poseer menos calorías, no suelen regular el indice glucémico de la misma manera, es decir, no avisan a nuestro cuerpo que el azúcar se esta introduciendo y como deberíamos organizarnos para mantener los niveles en sangre óptimos.
3. Los carbohidratos engordan
Bueno, cualquier alimento (quitando a los que consume más calorías masticarlos de las que aportan) engorda en sí, pero el término se suele utilizar para los alimentos que nos aportan más calorías de las estándar. Los carbohidratos son el principal combustible de nuestras células, por lo que son esenciales en nuestra dieta.
En una dieta normal, el 45-60% de la energía debe proceder de carbohidratos.
4. La comida sana suele ser más cara
Lo cierto es que la comida que suele ser más sana, nos cuesta más cara que la comida procesada que fácilmente hace el apaño de una cena. Sin embargo, en términos de salud, nos sale mucho más cara la segunda.
Es posible tomar en nuestra dieta alimentos frescos, ricos, y saludables a un precio muy económico. Es más, lo más importante es organizar nuestra alimentación, coordinar la caducidad de los productos y elegir una dieta variada.
5. Comer por la noche es malo para nuestro peso
Todos conocemos el dicho: ‘Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un rey’. Mallonee nos recomienda comer con cabeza, elegir bien las cantidades antes de temer el momento que estamos eligiendo para hacerlo. Lo que no justifica un atracón nocturno o alimentos altamente calóricos que podría alterar nuestro sueño por la noche.
6. Privarse de comer es bueno tras los excesos
Si ayer comimos demasiado, no comer hoy para mantener el equilibrio de nuestro peso no es una buena idea. Excepto que sea por motivos religiosos (cómo el ramadan) privarse de comer es una idea absurda. Nos provoca ansiedad, malestar, cansancio, y dificultad para trabajar al 100%.
Para ‘purificarnos por dentro’, la mejor elección es una dieta rica en productos con mucha fibra, para eliminar fácilmente toxinas fuera de nuestro cuerpo.
7. No podemos confiar en internet
Internet es una fuente de recursos excepcional, basta con aplicar los filtros pertinentes y un poco de criterio y encontraremos información fiable e ideal para elaborar nuestra propia dieta. Sin embargo, y ya que cada persona es un mundo, os recomiendo que asistáis a un profesional nutricionista que os ayudará a preparar la dieta más adecuada para nuestras necesidades.
Fuente | Texas A&M