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Tecnología

ADN canino: clave para tratar el TOC humano

Descubren los genes que causan el comportamiento impulsivo canino, algo que podría conducir a mejores tratamientos del TOC en humanos con ADN canino.

3 marzo, 2016 12:31

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Los genes responsables del comportamiento impulsivo en los perros guardan una gran similitud con aquellos que provocan el TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) en humanos.

Los autores del hallazgo, un grupo de investigadores de la Universidad de Tufts, en Medford, han logrado identificar las rutas genéticas que fomentan las conductas obsesivo-compulsivas caninas, en concreto en perros de la raza dóberman. Estas rutas parecen ser las mismas implicadas en la forma humana del trastorno, lo que ha despertado un enorme interés por parte del mercado farmacéutico, en el que se podrían desarrollar mejores tratamientos y terapias.

El trastorno obsesivo-compulsivo (conocido por sus siglas como TOC), cuyos principales síntomas incluyen una continua sensación de angustia y conductas repetitivas de larga duración, es uno de los trastornos neuropsiquiátricos más frecuentes que existen, y afecta a alrededor del 3% de la población mundial. Sin embargo, a pesar de su prevalencia, los tratamientos disponibles en la actualidad sólo han resultado ser eficaces en la mitad de los pacientes humanos.

Los perros también sufren ansiedad

perro-2

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Al igual que los seres humanos que padecen estas conductas obsesivo-compulsivas, algunos perros presentan comportamientos repetitivos e impulsivos, como por ejemplo perseguirse la cola, girar sobre sí mismos, ladrar continuamente, masticar o lamer un objeto o una parte del cuerpo durante largos períodos tiempo.

No obstante, a diferencia del TOC de las personas, los pensamientos obsesivos no se asocian a la mente canina, ya que no podemos saber qué piensan éstos. Pero la conexión entre ambas enfermedades sigue siendo más que evidente para considerar al perro como un buen animal modelo con el que trabajar en la búsqueda de nuevos fármacos (tanto para la especie humana como para la canina).

Mucho más que una conducta maniática

El equipo identificó tres factores clave en los cromosomas más fuertemente correlacionados con el trastorno compulsivo canino severo. En primer lugar, uno de los cromosomas en cuestión se localizó en una región que contiene los genes del receptor de la serotonina, lo que estrecharía aún más la relación de la enfermedad entre las dos especies, ya que la mayoría de los tratamientos actuales para el TOC en humanos, consisten en fármacos que actúan sobre el neurotransmisor serotonina.

toc humano

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Un segundo cromosoma de los tres reconocidos se encuentra asociado con un mayor riesgo de padecer esquizofrenia y el tercero resultó estar ligado con la tolerancia a estrés, lo que podría apuntar a los fundamentos psicológicos del trastorno obsesivo-compulsivo.

“Si la idea de que los genes involucrados en el comportamiento impulsivo canino son equivalentes a aquellos que provocan el TOC en las personas llega a ser completamente aceptada por otros investigadores, nuestra hipótesis podría explicar la causa exacta de esta enfermedad y a su vez todas las vías biológicas implicadas en ésta, y así señalar el camino hacia nuevos y más eficaces tratamientos”, asegura Nicholas Dodman, experto en comportamiento animal y principal director del estudio.

Parece ser que estamos cercanos a hallar la solución para uno de los trastornos que más condiciona el modo de vida de estas especies, más allá de la obsesión por el orden o por los juguetes de goma.

Fuente | Tufts University