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Los 10 trastornos de la alimentación que debes conocer

Hay muchos más trastornos de la alimentación que las conocidas anorexia y bulimia. Hoy os hablaremos de hasta 10 de estos trastornos, algunos muy llamativos

13 marzo, 2016 21:00

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Cuando hablamos de “trastornos de la alimentación”, tendemos a pensar siempre en los mismos (y que levante la mano quién haya pensado en alguno diferente): Anorexia y Bulimia.

No es malo, al contrario, pues debemos conocer a fondo dichos trastornos para evitarlos o evitar que los sufra algún ser querido. Estos dos trastornos de la alimentación en particular destacan sobre los demás por ser los más prevalentes, es decir, los que concentran el mayor número de personas afectadas. Sin embargo, como bien se suele decir en las universidades, “el conocimiento es poder

Y hoy colaboraremos un poco en otorgaros un poco de dicho “poder“, pues vamos a hacer un breve repaso de los diversos trastornos de la alimentación que existen hoy en día. No hablaremos de todos porque es imposible, hay demasiadas variedades, pero sí os hablaremos de diez de ellos.

1. Anorexia nerviosa

Anorexia_nerviosa

Anorexia_nerviosa

Empecemos por un viejo conocido de los trastornos de la alimentación: La anorexia nerviosa. Este trastorno consiste en un rechazo absoluto a comer por parte del enfermo basado en su miedo a engordar, llegando incluso a la inanición (muerte por falta de alimento). Se diferencia de la “anorexia” a secas porque este término es un síntoma que significa “pérdida de apetito“.

En resumidas cuentas, la anorexia nerviosa produce que el enfermo siempre se vea con “exceso de kilos”, aunque su cuerpo esté en los mismos huesos. Para lograrlo, a parte de dejar de comer de forma voluntaria, cualquier alimento consumido es expulsado de diversas formas: Vómitos, enemas… Es más característico de mujeres que de hombres, pero se conocen casos de ambos sexos. En mujeres, además, es característica la amenorrea o falta de menstruación.

2. Bulimia nerviosa

Bulimia_nerviosa

Bulimia_nerviosa

Para continuar, tenemos el otro viejo conocido de los trastornos de la alimentación: La bulimia nerviosa. Este otro trastorno no implica total rechazo del alimento, sino que se caracteriza por los llamados “atracones”, donde se consume un gran exceso de alimentos en un corto espacio de tiempo. Y, además, se asocia de nuevo el intento de expulsar los alimentos posteriormente por el miedo a engordar.

En los foros de Internet de anorexia y bulimia, estos dos trastornos se conocen con el nombre en clave de “Ana y Mía“.

No debemos confundirlo con el “trastorno por atracón“, donde lo que sucede es que se producen estos episodios de atracones de alimentos, llegando a consumir incluso 6.000 kcal de golpe, pero no se acompaña del “miedo a engordar” ni de las conductas de vómitos y otros procesos. Este último trastorno implicaría llegar a la obesidad en muchos casos.

3. Ortorexia

ortorexia

ortorexia

La ortorexia también ha sido comentada alguna vez por nuestra parte. Se trata de uno de los trastornos de la alimentación más recientes, el cual consiste en resumidas cuentas en una “dieta saludable llevada al extremo“. En este trastorno alimentario podemos ver un comportamiento obsesivo centrado en la alimentación saludable a cualquier precio, resultando dañino para el organismo.

Por ejemplo, una de las cosas que podemos observar es como algunas personas dejan de consumir algunos alimentos por considerarlos “peligrosos” por haber sufrido procesos industriales como llevar colorantes o aditivos. También excluyen otros alimentos como los lácteos (por la posibilidad de intolerancia o alergia a la lactosa) o el gluten, achacándolos a dicha peligrosidad.

4. Permarexia

dieta

dieta

La permarexia aún no se ha aceptado como un término oficial en referencia a los trastornos de la alimentación, pero ya se usa para describir el fenómeno que sufren algunas personas obsesionadas con el sobrepeso y que, a raíz de su miedo a engordar, se someten a una dieta permanente baja en calorías sin más. Además, es un factor de riesgo para acabar sufriendo anorexia o bulimia en el futuro.

En este trastorno “estar a dieta” es una rutina. Sin embargo, la característica principal que los diferencia de la ortorexia es que no hay preocupación por comer saludable, sino tan solo “bajo en calorías”. Tampoco se llega al extremo de dejar de comer o vomitar, ni se usan fármacos para expulsar el exceso de alimento consumido, pero sí hay una obsesión por “no engordar”.

5. Megarexia

Megarexia

Megarexia

La megarexia es la antítesis de los trastornos de la alimentación, ya que funciona a la inversa de lo que solemos ver en las conocidas anorexia y bulimia. En este caso se trata de personas obesas que se miran al espejo y se ven delgadas y sanas, lo que les conduce a comer tanto cuánto quieran, y de todo lo que quieran.

En otras palabras, el hecho de verse delgados y saludables induce a las personas con megarexia a ser más proclives a una alimentación hipercalórica, llena de comida basura, que a su vez los hace entrar en un círculo vicioso donde continúan engordado y llevando al cuerpo a una obesidad de difícil retorno. Evidentemente, esto tampoco es saludable, aunque funcione totalmente al revés que la conocida anorexia.

6. Vigorexia

Vigorexia

Vigorexia

La vigorexia es otro de los “nuevos” trastornos de la alimentación, aún no reconocido oficialmente como tal, pero del cual se habla bastante y afecta a 4 de cada 10.000 individuos. Se trata de hombres jóvenes (entre 18 y 35 años) obsesionados con el físico, con una visión distorsionada de ellos mismos, viéndose siempre débiles y enclenques. Por ello, en la vigorexia la tendencia es a realizar una actividad física extrema (sobre todo musculación) y un consumo exagerado de proteínas, carbohidratos y sustancias anabolizantes en ocasiones.

La finalidad del trastorno es aumentar la masa muscular, llegando así a abandonar las redes sociales y otros aspectos de la vida, dedicando todo el tiempo al ejercicio físico. La vigorexia también se conoce como dismorfia muscular o “complejo de Adonis“.

7. Drunkorexia

Drunkorexia

Drunkorexia

La drunkorexia podría ser el trastorno alimentario del fin de semana. En este caso vemos como personas jóvenes realizan una conducta alimentaria desequilibrada, que en este caso consiste en no comer o bien comer en pequeñas cantidades para compensar las calorías ingeridas con el alcohol.

A pesar de que es cierto que el alcohol tiene una importante carga calórica y energética, la realidad es que mayormente se trata de calorías vacías que no aportan nada a nuestro organismo. Evidentemente es un error minimizar el consumo de alimentos como “compensación” a todas las calorías que ingeriremos a través del alcohol, y además esto puede tener graves efectos a nivel cerebral.

8. Potomanía

potomania

potomania

La potomanía es otro de los trastornos de la alimentación a tener en cuenta, aunque es más conocido y estudiado que los anteriores. Se trata, en resumidas cuentas, de una obsesión con beber agua en exceso a diario, con una media de 4 litros diarios pero con casos conocidos de hasta 6 u 8 litros de agua al día.

Evidentemente esto no sienta bien a nuestro cuerpo, ya que el ideal según los estudios es un limite de 2-3 litros de agua al día, incluyendo alimentos y otras bebidas. Si nos pasamos de agua podemos sufrir sudor excesivo, insomnio e incluso una lesión renal irreversible.

9. Pica

sindrome-pica

sindrome-pica

La pica es uno de los trastornos de la alimentación más raros, o al menos de los más llamativos. Consiste nada más y nada menos que en comer “alimentos” no digeribles, sin aporte nutricional alguno: Pelo, yeso, caucho, vidrios y cualquier objeto que os podáis imaginar, ¡hasta un avión!

Es un trastorno que suele acompañar a otras enfermedades mentales, pero se ha descrito en niños con desnutrición severa e incluso en embarazadas. Los objetos más típicos son tiza o yeso en este último caso, como forma de “compensar” la falta de calcio durante el embarazo.

10. Sadorexia

autolesiones

autolesiones

Para terminar tenemos la sadorexia, una especie de mezcla entre la anorexia y sadomasoquismo, lo que implica no consumir alimentos (o vomitar si se diese el caso) junto a maltrato físico. En este trastorno se entre mezclan comportamientos como la falta de alimentación o las “purgas” como la inducción del vómito o el uso de fármacos con el dolor mediante autolesiones, todo con el objetivo de evitar las ganas de comer.

Esto último, las autolesiones, es una forma de autocastigarse para acabar con la ansiedad que puede llegar a provocar las ganas de buscar alimento, por lo que al someterse a maltrato físico se evita comer, llegando a una delgadez extrema en muchas más ocasiones que en la anorexia nerviosa común.