La historia de Parks, el asesino que no sabía que lo era

Podemos creer que nos conocemos a nosotros mismos muy bien. Lo que alberga nuestra mente sin embargo, puede romper totalmente con la idea que damos a ver.

¿Cuántas veces habremos deseado alguna desgracia a alguien? El tío que nos quitó el aparcamiento, la señora que se nos coló en el supermercado, y por qué no, nuestro jefe. Estas oscuras fantasías no son más que conceptos en nuestra mente, más o menos duraderos, pero, ¿qué dicen de nosotros?

La delgada línea entre sueños y realidad parece aun más difusa en la mente de algunas personas. La pregunta “¿Eres un asesino?” nos va a desplazar a Canadá, frente a un caso totalmente inesperado.

La inconsciencia y la realidad, el caso de la familia Parks

Canadá

Kenneth Parks es el padre de una familia tranquila, con algún que otro problema económico que pueda llevarle a discutir con su esposa. Sin embargo, Parks es un hombre sereno y tiene grandes relaciones con su familia, incluso con su madrastra Bárbara.

La noche del 23 de mayo de 1987, Park se va a la cama, y mientras “está dormido” conduce 20 minutos hacía la casa de su familia. Una vez allí, coge un barrote de hierro, va hacía la habitación de su madrastra y le asesta un golpe de muerte. Posteriormente, acaba también con la vida de su padrastro y conduce hacia comisaría para confesar. Y sigue dormido.

La historia parece totalmente un cuento. ¿Había intereses económicos de por medio? El podría haber hecho eso para cobrar el seguro y acabar con sus problemas.

¿Eres un asesino o un sonámbulo?

sonámbulo

Por fortuna para Parks, una docena de expertos analizaron su caso y testificaron que Parks padecía una trastorno del sueño que lo convirtió en un ‘asesino del sueño’. No es nada paranormal conocer a alguien que tiene experiencias como tirar la almohada fuera de la cama y levantarse, ir a comer, o incluso pronunciar palabras incoherentes.

En la actualidad, Parks vive con su familia, tiene 5 hijos y nunca cesa con su régimen medicinal para su trastorno del sueño.

Que seamos dueños de nuestro comportamiento y actitud nos deja más seguros a la hora de definir que es realidad y que es sueño. Es cómo contarle un cuento a un niño, tú sabrás que es ficticio, pero en la mente del niño se estarán proyectando los personajes en una realidad muy cercana.

Es terrorífico cómo nuestra mente puede incluso revertir nuestra voluntad hasta ese punto cuándo se trata del sueño. El caso Parks no será el único, entre nosotros puede que vivan más ‘asesinos del sueño’. Mientras tanto, la psicología nos ayudará a comprender mejor al desconocido que vive con nosotros: nuestra mente.

Fuente | Psicólogo: Kurt Gray