Cómo el simple olor del alcohol afecta a tu comportamiento
El consumo de alcohol tiene graves consecuencias, pero, ¿es capaz de afectarnos el simple olor del alcohol?
28 marzo, 2016 13:05Noticias relacionadas
Sí, es cierto que el consumo de alcohol (y el exceso de consumo en especial) pueden tener graves consecuencias en el organismo humano. Pero, ¿y el olor del alcohol?
Parece una pregunta simple, incluso con poco sentido, pues un simple olor de cualquier sustancia nos podría parecer “poca cosa” para llegar a afectar a nuestro organismo. Sin embargo, sabemos de sobra que gases como los del tabaco o el hedor de las velas aromáticas pueden llegar a tener serias consecuencias en nuestro cuerpo.
Basándose en esto, un equipo de investigadores de la Universidad de Edge Hill ha publicado recientemente un curioso estudio en la revista Psychopharmacology sobre el alcohol; concretamente, sobre las consecuencias del olor del alcohol.
El olor del alcohol y el comportamiento humano
Para su estudio, Rebecca Monk y sus colegas del Departamento de Psicología de la Universidad de Edge Hill pidieron a un grupo de voluntarios que se pusiesen una mascarilla donde podía haber diferentes olores: El olor del alcohol o bien el olor de una mezcla de cítricos no alcohólica. Además, se les entrenó para presionar o bien la letra K o una imagen de una botella de cerveza en la pantalla.
Tras medir el número de veces que presionaban mal, es decir, que llevaban a cabo una “falsa alarma”, llegaron a una curiosa conclusión: El simple olor del alcohol aumentaba significativamente los errores de los participantes, reduciendo su potencia y alterando su comportamiento respecto a lo que se esperaba de ellos.
¿Qué tiene que ver el olfato con el alcohol?
Según comenta Monk, ya se sabía previamente que el alcohol es capaz de modificar el comportamiento en base a factores externos (dónde estamos, en qué situación, con quién nos encontramos, qué estado de ánimo expresamos en el momento de consumir alcohol…); pero siempre se ha estudiado el efecto del alcohol tras su consumo.
En esta investigación, sin embargo, no se ha estudiado el consumo del alcohol en sí sino que se han centrado en otros factores que pudiesen verse alterados por el alcohol, como el olfato:
“Esta investigación es un primer intento de explorar otros factores desencadenantes de la alteración del comportamiento, como el olfato, que puede interferir en la capacidad de las personas para abstenerse de realizar un comportamiento en particular. Por ejemplo, durante el experimento el simple olor del alcohol ya parecía que dificultaba las decisiones de los participantes, dificultando su comportamiento para poder apretar un botón u otro”
Monk y sus colegas opinan que este tipo de estudios pueden mejorar nuestros conocimientos sobre las adicciones y los abusos de sustancias, y a su vez poder llevar a cabo tratamientos diferentes a los actuales; en definitiva, ser más eficaces.