Todas las casualidades que permiten la formación de petróleo
La formación de petróleo es un proceso que requiere millones de años y unas condiciones tan concretas que puede decirse que su aparición es pura casualidad
3 abril, 2016 18:30Noticias relacionadas
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Desde el siglo XIX el petróleo es un recurso básico para el ser humano que ha hecho posible nuestro actual estilo de vida. De él proceden las principales fuentes de energía que utilizamos para las máquinas, el plástico, el PVC, muchos detergentes y un largo etcétera.
Quizá por lo cotidiano de estos materiales, a veces ignoramos que tienen tras de sí una increíble y larguísima historia. En efecto, esa bolsa que te dan en el supermercado pudo ser, hace millones de años, una bacteria, una conífera o un enorme dinosaurio ya extinto.
Entonces, ¿qué le ha pasado a ese pobre dinosaurio? Pues que murió en un sitio y en un momento muy concreto, que fue enterrado bajo capas muy especiales de tierra y que estuvo ahí el tiempo justo. Y es que el petróleo, al igual que todos los fósiles, ha llegado hasta nuestros días gracias a una sutil cadena de casualidades.
¿Cómo se forman los fósiles?
Cuando hablamos de fósiles no solo debemos pensar el el esqueleto de un Tyrannosaurus rex. Huellas de animales, cáscaras de huevo, excrementos o restos de bacterias también son fósiles. El primer requerimiento para que se formen es, por supuesto, que el animal muera. Sin embargo, en condiciones normales los microorganismos y el propio aire irían pudriendo y eliminando el cuerpo. Por eso, es necesario que el cadáver quede cubierto poco después de morir, lo que puede ocurrir por tormentas o desprendimientos. En este caso, la tierra y las rocas crean una barrera protectora que impide el paso del oxígeno y la descomposición.
Pero esto no es suficiente. Todo ello debe ocurrir en un lugar indicado, susceptible de que lleguen más sedimentos que formen nuevas capas de roca. Este es el caso de glaciares, valles o lagos, adonde son arrastrados miles de toneladas de materiales. Así, el animal debe quedar primero protegido del aire, luego arrastrado hacia un valle, y luego sepultado lentamente por más y más capas de roca.
Lo siguiente que debe ocurrir es la fosilización, es decir, la conversión del hueso en piedra. Este es un proceso químico que dura millones de años. En él, los átomos del propio animal reaccionan con los átomos de la corteza terrestre para dar lugar al fósil en forma de pirita,sílice, calcita y otros materiales. Esta reacción no sería posible sin las extremas condiciones que se producen en el interior de la corteza. En ocasiones, la conversión es tan perfecta que puede adivinarse el color original del animal.
El largo proceso de formación de petróleo
La formación de petróleo es muy similar a la del resto de fósiles, aunque tal vez requiera condiciones aún más excepcionales. Este combustible se forma normalmente a partir de grandes masas de algas o de bosques que, al morir, van acumulándose en el suelo. Luego deben ser arrastrados a una zona donde no llegue oxígeno pero sí toneladas de sedimentos. Estas zonas son los fondos de mares, océanos, lagos y ríos.
Una vez enterrados, las altísimas presiones y temperaturas, así como la acción de bacterias anaerobias (las que no consumen oxígeno) producen una descomposición muy especial de los cuerpos durante millones de años. El resultado será una mezcla principalmente formada por hidrocarburos, procedente del carbono que forma todos los organismos vivos.
Es por esto que todas las explotaciones petrolíferas del mundo se encuentran bien en los océanos o bien en zonas que, hace millones de años, estaban cubiertas de agua. Además, su compleja formación hace que sea totalmente imposible crear petróleo sintético. Únicamente la Tierra es capaz de generar las grandes cantidades de energía en forma de presión y temperatura necesarias para originarlo.