¿Funcionarían las luces de un coche a la velocidad de la luz?
La velocidad de la luz es mucha velocidad, pero si pudieramos alcanzarla con un coche con la sluces encendidas ¿veríamos la luz? ¿Sería útil encenderlas?
23 abril, 2016 18:00Noticias relacionadas
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Todos nosotros hemos querido conducir nuestro coche a la velocidad de la luz, pero el miedo a que las luces no funcionaran, nos lo ha impedido. Hoy solucionaremos todas estas dudas.
Antes de empezar, tengo que contaros un secreto: no se puede ir a la velocidad de la luz. Ni con un coche ni con ninguna nave imaginable, es IMPOSIBLE. Sin embargo, es posible (al menos en teoría) acercarnos todo lo que queremos a esta velocidad tan “mágica”. Así que para despejar nuestras dudas sobre conducir muy rápido de noche. Vamos a suponer que vamos a un 99.99999999999999999% de la velocidad de la luz, que a efectos prácticos es lo mismo y al menos podemos alcanzarla.
La siguiente cosa que debemos saber es que la velocidad de luz es siempre la misma, sin importar a que velocidad nos movamos. Esto nos lleva a conclusiones que cuanto menos, chocan. Sobre estos efectos ya hemos hablado hace tiempo y no vamos a entrar en detalles, pero básicamente el tiempo y el espacio no son constantes. Esto significa que el tiempo no pasa igual de rápido si estamos quietos que si nos movemos muy muy rápido. Con el espacio, pasa lo mismo, las distancias se acortan cuanto más rápido vamos. Pero entonces, ¿qué veríamos si un coche con las luces encendidas fuera casi a la velocidad de la luz?
Cómo se ven las luces desde el coche
Si estamos en el coche encendemos las luces y aceleramos hasta casi casi la velocidad de la luz… ¿qué vemos? Bueno, suponiendo que encendemos las luces antes de acelerar y que no llegamos a la velocidad de la luz, las cosas serían bastante horribles. Para empezar las luces de la calle nos quemarían por el cambio de frecuencia (y de energía) debido al efecto doppler. Eso significa que la luz visible aumenta su frecuencia hasta que la recibimos como si fueran rayos gamma o incluso con más energía, hasta el punto que os quemaría, pero vamos a hacer como que esto no ocurre.
En cuanto a las luces de nuestro coche, la cosa es aún más curiosa porque para nosotros todo ocurriría de la misma forma, al menos en cuanto a sensaciones se refiere. Esto significa que la única forma que tendríamos de darnos cuenta de que estamos yendo a la velocidad de la luz sería encontrar un punto de referencia o una medida previa como por ejemplo la frecuencia de la luz que emite el coche en “reposo” y compararla con la luz que recibimos cuando viajamos tan rápido. Pero la parte más curiosa es cuando pensamos en lo que pasa a la gente que no va en el coche
Mirando al coche que va a la velocidad de la luz
Desde dentro del coche todo parece normal, salvo por el color y la frecuencia de la luz que nos llega. Desde fuera sin embargo las cosas son aún más raras y difíciles de predecir. Para empezar seria imposible ver el coche, por la velocidad a la que va. Pero si pudiéramos ver dentro del coche veríamos que la persona que conduce prácticamente no se mueve, porque para ella el tiempo pasa mucho más despacio que para nosotros. La luz del coche, la podríamos ver, pero solo instantes antes de que el coche llegar a donde estamos nosotros. De hecho no veríamos la luz hasta tener el coche a apenas unos nanómetros de nosotros.
La luz que nos llegara nos produciría lesiones graves, por el mismo efecto Doppler del que antes hemos hablado, ya que la radiación en este caso sería ionizante y podría provocarnos cáncer o incluso la muerte, dependiendo de la intensidad. Así que no, no sería un viaje placentero para los peatones y probablemente acabaríamos arrestado por ser a todos los efectos una máquina invisible de matar.
Volviendo a esa duda transcendental que nos asalta a todos sobre si encender las luces de nuestro coche haría más seguro el viaje, la respuesta es que no, puesto que la luz no sería visible mucho más allá del coche. Es más, sería una mala idea conducir tan rápido incluso de día porque la gente no podría reaccionar ni anticiparse a nuestra llegada, letal por otra parte. Así que quizás sea momento de hablar con las autoridades alemanas y pedirles que pongan algún límite de velocidad en sus famosas autopistas.