Cómo las abejas pueden revolucionar la agricultura
Os contamos las aplicaciones de las abejas en agricultura, desde su función como polinizadoras hasta su habilidad para transformarse en aviones fumigadores.
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Si ayer hablábamos de un hongo que hace las delicias de los agricultores, tampoco nos podemos olvidar de la función desarrollada por algunos insectos en este área.
Y es que no todos los bichitos causan plagas en los cultivos, sino que algunos otros también tienen la capacidad de ayudar al agricultor, convirtiéndose en un jornalero más.
Pueden protagonizar un gran número de aplicaciones, desde la eliminación de plagas por competición con otros insectos hasta la polinización de los cultivos, de modo que, lógicamente, las abejas son unas de las mejores opciones para la puesta a punto de estas plantaciones ecológicas, hasta el punto de convertirse en verdaderas avionetas fumigadoras.
¿Cuáles son las aplicaciones de los insectos en agricultura?
Como os decía, una de las funciones más importantes de los insectos en agricultura es su uso para el control de plagas por competición con otras especies, como la mosca blanca o la cochinilla, entre otras.
Pueden actuar como depredadores o como parásitos y, por eso, en las zonas en las que está muy extendida la agricultura están comenzando a crecer las empresas que se dedican a la cría de estos pequeños invertebrados para su posterior venta a agricultores, que los esparcen por sus cultivos, obteniendo así un modo ecológico de control de plagas sin necesidad de pesticidas perjudiciales para la salud.
Un buen ejemplo es la mariquita, que a pesar de su colorida e inocente apariencia es un magnífico depredador de los pulgones, hasta el punto de poner huevos sólo si hay garantías de la presencia cercana de estos insectos causantes de plagas.
Uso de abejas para la polinización de cultivos
Del mismo modo que existen empresas dedicadas a la cría de insectos para el control de plagas, otras muchas también disponen de abejas y abejorros preparados para la polinización natural de los cultivos.
Normalmente venden colmenas con todos los tipos de abejas necesarias para la formación de colonias, desde la reina fecundada hasta las obreras, pasando por pupas, larvas y huevos. De ese modo, se asegura al agricultor la presencia de un enjambre completo que polinizará naturalmente sus cultivos, favoreciendo con ello la reproducción de las plantas presentes en ellos.
Uso de abejas en agricultura: las fumigadoras más pequeñas del mundo
Normalmente, a la hora de fumigar los cultivos, ya sea con pesticidas o antibióticos, se despilfarra un montón de la sustancia en cuestión, ya que sería un trabajo muy laborioso depositarlo planta por planta. Por ejemplo, para proteger una plantación de manzanos de un acre de la presencia de bacterias perjudiciales, se usan aproximadamente seis kilos de un antibiótico, llamado estreptomicina, que puede causar muchos efectos secundarios, tanto en las plantas circundantes como en la salud de las personas cercanas; ya que, como sabéis, el contacto continuo con antibióticos puede ocasionar problemas como el desarrollo de resistencias.
Por eso, una empresa llamada Bee Vectoring Technology, ha diseñado una curiosa forma de controlar las plagas y las bacterias presentes en los cultivos de un modo mucho más específico y natural y para ello es necesaria la ayuda de las abejas, que de nuevo consiguen sacar a los agricultores de un buen apuro.
El mecanismo consiste en el empleo de un hongo, llamado BVT-CR7, capaz de bloquear el desarrollo de parásitos y bacterias sin causar daños a la planta. Para su distribución, se adhiere el hongo a las patitas peludas de las abejas, que a medida que vayan polinizando las plantas, también irán depositando en ellas el hongo, de modo que una pequeña cantidad será suficiente para proteger todo el cultivo.
Se ha comprobado además que el hongo no causa ningún tipo de efecto sobre las abejas, por lo que posiblemente ni siquiera sean conscientes del equipaje que llevan consigo mientras se pasean laboriosamente exprimiendo el dulce néctar de las flores.
La verdad es que el trabajo que ejercen estos pequeños insectos bien valdría un jornal, aunque también es cierto que se ponen hasta arriba del néctar de las flores. Al final ganamos todos.