La constelación de Capricornio, el Dios mitad cabra mitad pez

Hoy volvemos con una de las pocas constelaciones zodiacales que ya nos faltan por contar.

Se trata de la constelación de Capricornio, una figura que ha llamado especialmente mi atención, ya que hasta hoy creía que se trataba sólo de una cabra, cuando realmente la mitad de su cuerpo se corresponde con la forma de un pez.

Esto se debe a una curiosa historia de la mitología griega protagonizada por el dios Pan, un sátiro que arriesgó su vida por ayudar a Zeus, recibiendo por ello la compensación de formar parte del firmamento.

¿Quién era el dios Pan?

Pan

Según la mitología griega, Pan era el semidios de los pastores y los rebaños y, como tal, su cuerpo tenía forma de sátiro (mitad hombre mitad cabra).

Por otro lado, también era el dios de la sexualidad y la fertilidad masculina, algo que demostraba sobradamente mientras se dedicaba a perseguir ninfas para saciar su apetito musical.

Además de su forma de sátiro, su imagen se reconoce por la presencia de un cayado y una siringa, un instrumento mucho más conocido como flauta de pan, en honor a su nombre.

Curiosamente, otro de los términos asociados a este personaje es el de la palabra “pánico”, ya que se consideraba que Pan representaba a la naturaleza salvaje y el miedo enloquecedor causado por fenómenos naturales como los rayos o los truenos.

¿Cómo se convirtió Pan en la constelación de Capricornio?

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Cuenta la leyenda que un día Rea envió al monstruo Tifón a destruir a todos los dioses del Olimpo, incluido Zeus, el padre de todos ellos.

Pan no tenía entre sus planes morir a manos de la bestia, por lo que trató de huir lanzándose a un río y convirtiéndose en pez, pero desgraciadamente sólo pudo transformar la mitad de su cuerpo, de modo que finalmente no tuvo más remedio que volver a Tierra.

Cuando llegó, se encontró con que Tifón había desmembrado a Zeus y se disponía a seguir haciendo lo mismo con los demás. Para tratar de distraerlo, Pan emitió un agudo grito que hizo que el monstruo levantara la vista de su presa el tiempo suficiente para que Hermes, el mensajero de los dioses, lograra recoger todos los trozos de Zeus y recomponerlos con la ayuda del sátiro.

Así, tras volver a la vida, el Padre de todos los dioses se mostró tan agradecido a Pan que decidió asignarle un lugar en el firmamento, donde se encuentra a día de hoy con su cuerpo mitad cabra mitad pez.