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Tecnología

El récord de horas sin dormir

Os hablamos de Randy Gardner, un adolescente que en 1964 rompió el récord de horas sin dormir, sirviendo también como sujeto de estudio para la ciencia.

14 junio, 2016 20:30

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Hace unos días os hablamos de lo caro que nos puede salir tratar de vivir sin nuestras necesidades básicas. Ahora toca el récord de horas sin dormir.

El oxígeno, la comida el agua… todas esas sustancias son indispensables para la vida humana, por lo que si pasamos más tiempo del debido sin ellas las consecuencias pueden ser tan graves como para no poder contarlo jamás.

Y lo mismo ocurre con el sueño, ya que se han documentado un gran número de casos de pacientes afectados por una terrible enfermedad, llamado insomnio familiar fatal, que después de pasar más tiempo del debido sin dormir acaban muriendo. Sin embargo, sí que es cierto que nuestro organismo es capaz de plantarle cara al sueño y puede permanecer sin dormir un tiempo más o menos largo, siendo el más extenso conocido el de Randy Gardner, uno joven de 17 años que en 1.964 decidió batir el récord existente hasta el momento, sirviendo también como sujeto de estudio para la investigación de los efectos de la falta de sueño sobre la salud humana.

El curioso récord de horas sin dormir

randy-gardner

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Como os decía, en el año 1964 Randy Gardner era un adolescente de diecisiete años que se encontraba estudiando en un instituto de San Diego, en California.

Por ese entonces el récord de permanecer despierto lo tenía un hombre de Honolulu, que había estado sin dormir durante 260 horas. Superarlo parecía una tarea difícil para cualquiera; pero no para Randy, que decidió sobrepasar esa cifra, simplemente por diversión.

Naturalmente, su reto llamó la atención de muchos neurocientíficos, que vieron en él la posibilidad de estudiar la evolución de la salud de una persona que pasa varios días de privación de sueño.

Evolución de la privación del sueño de Randy Gardner

cronometro1

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Hasta el momento no se había podido hacer ningún estudio similar. Se conoce que las ratas fallecen después de 3 o 4 semanas de privación de sueño y que las personas con la enfermedad que os contaba al principio lo hacen en un periodo similar, pero en ese momento no había bibliografía sobre los efectos sobre la salud de este tipo de prácticas.

Por eso, en el momento que el cronómetro comenzó a medir la hazaña de Randy, un equipo de neurocientíficos, encabezado por el doctor William Dement,  comenzó a monitorear sus constantes y a escribir un informe detallado sobre su evolución.

En éste se narra que apenas durante las primeras horas de privación el joven comenzó a mostrarse malhumorado y de movimientos torpes, pero eso no era lo peor, ya que poco después comenzaron los delirios, durante los cuáles creía ser un conocido jugador de fútbol americano.

Además se reportaron también alucinaciones visuales y problemas de concentración; aunque, curiosamente, Dement aseguró que el décimo día el joven fue capaz de ganarle una partida de Paintball.

No sabemos si el doctor era muy malo jugando o si en el fondo el cerebro del chico aún era capaz de concentrarse en algunas tareas, pero lo cierto es que su estado mental a las 264 horas (11 días) dejaba bastante que desear.

Sin embargo, después de quince horas de sueño se sometió a Randy a un chequeo médico que demostró que no le habían quedado secuelas, ni físicas ni psíquicas.

Desde entonces se cree que se han dado nuevos récords superiores a éste, aunque no hay datos suficientes para corroborarlo. Lo que sí está claro es que el de Gardner es el caso mejor estudiado hasta el momento y, también, que con el sueño no se juega.