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Tecnología

Los gatos comprenden las leyes de la física

Os hablamos sobre un experimento que demuestra que los gatos entienden la física y la aplican a su vida cotidiana del mismo modo que nosotros.

16 junio, 2016 17:12

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La física siempre ha sido una de las asignaturas más temidas por los estudiantes, tanto por los considerados de letras como por los de ciencias.

Es magnífica, ya que gracias a ella podemos comprender muchísimos factores sobre el universo que nos rodea, pero sí que es cierto que a veces se vuelve bastante abstracta y difícil de comprender.

Sin embargo, existen ciertos principios físicos que tenemos interiorizados de tal modo que no nos paramos a pensar en que en el fondo se trata de física y que es necesario tener unos conocimientos mínimos para comprenderlos. Y, del mismo modo, tampoco nos paramos a pensar en que otros seres vivos, como los gatos, pueden ser capaces de hacerse con estos conocimientos y aplicarlos a su vida diaria del mismo modo que nosotros.

gato-fisica

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La ley de causa y efecto es un principio muy común en filosofía que también se aplica a otras disciplinas como la informática o la física.

Se encuentra implícita en muchas de nuestras tareas cotidianas y precisamente por eso a veces no nos damos cuenta de que se trata de física. Y eso mismo le pasa a los gatos, que tampoco realizan operaciones matemáticas o físicas en su cabeza, pero también son conscientes de este tipo de principios, como han demostrado recientemente un grupo de investigadores de la Universidad de Kyoto, en Japón.

Estos “conocimientos”, junto a su agudo sentido del olfato, se han desarrollado para facilitarles la cacería; ya que, como sabéis, incluso los felinos domésticos mantienen su instinto de cazadores cuando ven un ratón correteando por la casa o cuando salen a hacer una de sus incursiones.

El experimento que demuestra que los gatos entienden la física

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Estos científicos japoneses, dirigidos por Saho Takagi, han llevado a cabo un estudio que demuestra que los gatos perciben la presencia de objetos invisibles en base a los sonidos emitidos como resultado (causa y efecto).

Para ello tomaron un grupo de treinta gatos a los que se grabó mientras se sometían a varias pruebas. En primer lugar, se tomaba una caja que podía contener o no un objeto en su interior y se le mostraba a los gatos a la vez que se agitaba enérgicamente. Este movimiento en algunos casos se acompañaba de un sonido de confusión, mientras que en otros no.

A continuación se dejaba que los gatos eligieran una de las cajas que se les habían mostrado, comprobando que se sentían más atraídos por aquellas cuya agitación había ido acompañada de un ruido. Esto parecía demostrar que los felinos eran capaces de dilucidar si la caja estaba llena a través del sonido resultante del movimiento del objeto en su interior.

Sin embargo, para confirmarlo se realizó una segunda prueba, en la que se analizaba la reacción de los animales al dejar caer un objeto del interior de la caja. Curiosamente, si una caja que había hecho ruido no dejaba caer ningún objeto o viceversa, los gatos se mostraban desconcertados, ya que razonaban que algo sin sentido estaba pasando.

Estos resultados han alentado a los investigadores a buscar más datos para saber si los gatos se basan en algún otro mecanismo para conocer más rasgos del objeto, como el tamaño o la cantidad.

¿Alguna vez os habéis preguntado por qué entre todos los animales posibles Schrödinger eligió el gato para su experimento imaginario más famoso? ¿Quién sabe?, a lo mejor fue porque, debido a sus conocimientos, el gato es el mejor amigo del físico.