Realidad virtual para tratar el síndrome de Asperger

En la última semana Pokémon Go ha puesto de manifiesto el poder que tienen sobre la mente de una persona los juegos que suponen su inmersión en el entorno virtual.

Pero no todo iba a ser diversión, por lo que cada vez es más habitual el uso de este tipo de aplicaciones para tratar ciertos trastornos mentales a través de un método conocido como gamificación, que emplea los juegos como herramientas para que las personas adopten ciertos comportamientos concretos, bien a nivel educativo o bien a nivel psicológico.

Tradicionalmente se han usado todo tipo de juegos con este fin, pero con el desarrollo de las nuevas técnicas de realidad virtual, que facilitan que el jugador forme parte del juego de una forma casi real, es mucho más fácil trabajar sobre su conducta. Ya hemos visto algunos ejemplos en otros artículos, pero hoy os traemos uno muy interesante, no sólo por lo útil que será para el tratamiento de pacientes con sídnrome de Asperger y otras personas con fobia social, sino también porque se está desarrollando en España, de la mano de Indra, la Fundación Universia y U-tad.

El proyecto Cicerón: Realidad virtual para tratar el síndrome de Asperger

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El Proyecto Cicerón es el primer proyecto resultante de la Cátedra de Investigación en Tecnologías Accesibles surgida de la colaboración  entre Indra, la Fundación Universia y el Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-tad).

Su finalidad es el entrenamiento de cara a presentaciones en público, debates e interacciones sociales y se dirige principalmente a pacientes con Síndrome de Asperger; que, como sabéis, cuentan con bastantes problemas en este ámbito, pero también se puede aplicar a cualquier otra persona que, por un motivo u otro, no esté acostumbrada a la realización de exposiciones grupales,  cada vez más extendidas en el entorno universitario.

¿En qué consiste el Proyecto Cicerón?

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Cicerón es un proyecto multidisciplinar en el que intervienen profesionales de ramas como la psicología, la gamificación, la realidad virtual, la inteligencia virtual, la comunicación, el diseño visual o la animación. 

De este modo, se cubren todas las áreas necesarias para obtener una aplicación virtual en la que el jugador interactúa con diferentes avatares y va pasando por distintos niveles en los que tiene que lidiar con nuevas herramientas comunicativas, como la interacción a pesar de interrupciones o ruidos, a medida que va incorporando las anteriores.

En resumen, según declaraciones a Omicrono de Laura Raya, directora del Proyecto Cicerón y del Programa Experto en Realidad Virtual y Aumentada de U-tad, “el proyecto trata de mejorar la interacción social de los estudiantes con Asperger en situaciones concretas. La recreación del escenario refleja de manera fiel dichas situaciones, potenciando de esa manera la sensación de inmersión y presencia del usuario y, consecuentemente, la posible acción terapéutica del entorno virtual“.

Para poner todo esto en marcha de la forma más accesible posible, el desarrollo de la aplicación sólo requerirá el uso de unas gafas de visión estereoscópica y un smartphone, ambas herramientas de bajo coste y fácil uso, que no requerirán una instalación compleja para que el usuario pueda entrenar sus habilidades sociales en casa.

Sin duda se trata de una iniciativa magnífica, que además contará con la colaboración de las Asociaciones de Asperger españolas, que permitirán evaluar su impacto entre los pacientes de este trastorno del espectro autista.

Los juegos de realidad virtual molan mucho, sí, pero sin duda estas aplicaciones hacen que el desarrollo de estas técnicas valga mucho más la pena.