El secreto cósmico que esconden los anillos de los árboles
Los anillos de los árboles no solo nos dicen la edad que cada uno de ellos, sino que esconden algún que otro secreto más. Y tienen buena memoria.
19 agosto, 2016 17:04Noticias relacionadas
Los anillos de los árboles guardan muchos más secretos que la edad de cada uno de ellos: Saben de tormentas solares.
No, no me he equivocado. Los anillos de los árboles tienen una gran memoria y son capaces de proteger evidencias de eventos pasados durante muchísimos años, y una de dichas evidencias son las pasadas tormentas solares sufridas por cada uno de ellos, unos hechos que podrían usarse para trazar con precisión una línea del tiempo de acontecimientos similar a las usadas por la cultura maya o los antiguos egipcios.
Al menos, eso sugiere el último estudio publicado en Proceedings on Royal Society y llevado a cabo por la Universidad de Oxford a cargo de Michael Dee y sus colegas, en el cual han llegado a afirmar que los anillos de los árboles contienen auténticas huellas digitales de antiguas tormentas solares.
La gran memoria de los anillos de los árboles
Cómo las tormentas solares nos ayudarán a poner fechas
Ahora, gracias a este nuevo estudio, los investigadores creen que podrán tener una técnica de datación más precisa usando los picos de carbono-14 (el carbono-14 radiactivo es 20 veces más cuantioso que el natural). Así, los picos de carbono-14 nos avisarían de tormentas solares, las cuales llevan registrándose históricamente hace siglos.
Un claro ejemplo es la tormenta solar producida en 774 dC, describa como un misterioso “crucifijo rojo” en el cielo; o la tormenta solar de 994 dC, denominada “evento Miyake“.
Con este método, los investigadores intentarán datar eventos contados en la cultura maya y la cultura egipcia, lo cual era hasta ahora bastante complicado porque estas culturas usaban un calendario totalmente diferente al nuestro. De hecho, como bien comentan los científicos, la fecha que mejor podemos comparar hoy en día es la llegada de Colón a las Américas en 1492, por lo que todos los eventos anteriores descritos en el calendario maya están en un limbo temporal desconocido.