La extraña picadura de avispa que provocó un ictus
La picadura de una avispa puede causar diversas dolencias, incluso una reacción alérgica. Pero, por lo visto, también son capaces de provocar un ictus.
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Recibir la picadura de una avispa, una abeja, o cualquier otro insecto con aguijón no suele ser de buen agrado.
La picadura de una avispa suele ser algo doloroso, aunque no tanto como la de una abeja (que, además, nos deja de recuerdo su aguijón venenoso clavado). Como mucho, este incidente puede provocarnos dolor y picor, llegando en algunos casos a un shock anafiláctico si somos alérgicos a las picaduras. O al menos eso creíamos.
Por desgracia, recientemente un hombre de 44 años de Ohio (EE.UU.) no tuvo la “suerte” de sufrir dolor sin más. Tras ser picado por una avispa, este trabajador de la construcción empezó a sentir dificultades para el habla, parálisis de un lado corporal, y parálisis de media cara. La picadura de una avispa le había causado un ictus.
¿Puede la picadura de una avispa causar un accidente cerebrovascular o ictus?
Como ya sabréis, un ictus o accidente cerebrovascular se suele producir cuando un coágulo provoca que no llegue suficiente sangre a alguna de las arterias del cerebro, y se expresa con síntomas similares a los de nuestro protagonista de hoy. Pero su caso es raro, pues a los cuarenta y pocos años no se suele sufrir un ictus, y menos a causa de una picadura de una avispa o cualquier otro insecto.
El caso, publicado en el Journal of Emergency Medicine a cargo del Dr. Michael DeGeorgia, llama mucho la atención. De hecho este médico jamás había visto algo igual, aunque sí existen unos pocos casos descritos, pero en aquellas ocasiones los pacientes habían sido picados en múltiples ocasiones.
Según el estudio de DeGeorgia, existirían algunas hipótesis sobre cómo una picadura de insecto acaba desencadenando un ictus.
Cómo la picadura de una avispa acaba causando un ictus
Por un lado, el veneno de avispa contiene ciertos componentes que provocan vasoconstricción. Esto quiere decir que los vasos sanguíneos se contraen, volviéndose más estrechos, algo que en última instancia podría conducir al ictus. Además, otros componentes de este veneno también son “protrombóticos“, es decir, colaboran en la formación de coágulos, los cuales pueden taponar las arterias y provocar el ictus.
Por otro lado, la picadura de una avispa también puede afectar a los latidos del corazón, volviéndolos irregulares, y dando lugar a un tipo de ritmo llamado “fibrilación auricular”. Las personas que sufren esta dolencia tienen un mayor riesgo de ictus, ya que los latidos irregulares provocan que se acumulen coágulos en ciertas zonas del corazón y que, en un momento dado, dichos coágulos acaben viajando al cerebro.
Finalmente, si se produce una reacción alérgica grave (shock anafiláctico), la presión arterial puede bajar mucho (hipotensión). En estos casos no hay suficiente sangre en los vasos sanguíneos del cerebro, y esto también puede producir un ictus por falta de riego sanguíneo.
Cuál fue la causa real del ictus en este caso
Tras realizar escáneres cerebrales a nuestro protagonista, los médicos llegaron a la conclusión de que la picadura le había provocado una constricción de los vasos sanguíneos a causa del veneno. No había coágulos de sangre, aunque eso podría deberse a que el coágulo podría haberse desprendido antes de realizar las pruebas.
Por otro lado, posiblemente el latido del corazón de este hombre también se vio afectado, lo que podría haber ayudado a la coagulación. Esto por desgracia puede producirse de forma intermitente y en muchas ocasiones no se puede analizar a tiempo.
Por desgracia, la conclusión final es que no quedaba claro qué causo el ictus a este hombre. En la mayoría de los casos descritos se necesita una elevada cantidad de veneno de avispa para llegar a un accidente cerebrovascular, pero en este caso tan solo fue una sola picadura. Aunque, quién sabe, es posible que este caso en cuestión fuese muy sensible al veneno. El paciente se recuperó por completo y actualmente lleva una vida totalmente normal, aunque lleva consigo un bolígrafo de adrenalina por si recibe otra picadura.