El Síndrome de Fatiga Crónica funciona como una "hibernación" en los humanos
El Síndrome de Fatiga Crónica sigue siendo una enfermedad compleja y difícil de diagnosticar. Ahora, puede que hayamos dado un gran paso en su investigación
1 septiembre, 2016 17:01Noticias relacionadas
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El Síndrome de Fatiga Crónica, junto a la Fibromialgia, siguen siendo dos enfermedades que no acaban de encontrar su sitio en medicina.
De hecho, ambas enfermedades eran consideradas algo puramente psicológico hasta hace poco, cuando el Síndrome de Fatiga Crónica demostró dejar un rastro físico en la sangre a través de una serie de marcadores químicos. En aquel momento se sospechó que el origen de todo podría ser una infección que sobreactivaría el sistema inmune. Pero ahora hay otra hipótesis.
Según una reciente investigación de la Universidad de California en San Diego, y publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences, lo que realmente sucedería es que el Síndrome de Fatiga Crónica se comportaría como una especie de “hibernación” en los humanos, de forma parecida a lo que hacen algunas especies frente al estrés ambiental.
El Síndrome de Fatiga Crónica, la posible “hibernación” de los humanos
Según comenta Robert K. Naviaux, autor principal del estudio, a pesar de todo el Síndrome de Fatiga Crónica seguirá siendo una enfermedad compleja: Produce muchos síntomas muy poco específicos, no hay ninguna prueba para demostrarlo, y es muy difícil llegar a su diagnóstico: Causa fatiga severa durante más de seis meses, a la cual se pueden asociar dolores de cabeza, problemas de sueño y de memoria.
Como también sucede en la Fibromialgia, las mujeres de entre 30 y 50 años suelen ser el paciente modelo, aunque hay hombres que también lo sufren. En este caso, para el estudio, Naviaux y sus colegas seleccionaron 84 voluntarios con síntomas de Síndrome de Fatiga Crónica y sin ellos (45 hombres y mujeres con síntomas y 39 individuos de grupo control).
Tras una serie de pruebas sanguíneas, se identificaron hasta 612 sustancias químicas llamadas “metabolitos“, las cuales se producen durante el metabolismo humano cuando se procesan las moléculas. En total, todos ellos interactuaban con 63 vías químicas.
El metabolismo del Síndrome de Fatiga Crónica es más lento
Tras comparar todos estos metabolitos y las vías químicas entre individuos con Síndrome de Fatiga Crónica y los individuos sanos, los investigadores afirman que los primeros tenían fallos en 20 de las 63 vías químicas. Por su parte, el 80% de los metabolitos estudiados habían disminuido respecto a la normalidad.
En otras palabras: El Síndrome de Fatiga Crónica tiene un metabolismo mucho más lento de lo normal, muy similar al llamado “Estado Dauer“, una forma de hibernación usada por algunos tipos de gusano cuando las condiciones externas son adversas.
En ese caso, estos gusanos intentan que su metabolismo se vuelva lento (como los osos cuando hibernan, por ejemplo) para sobrevivir a las condiciones ambientales. En el caso de los humanos dichas condiciones adversas podrían ser el estrés físico y/o psicológico, aunque el precio a pagar es el dolor y la fatiga continua sin motivo alguno.
Cómo cambiará el diagnóstico del Síndrome de Fatiga Crónica
Hasta ahora, tanto el Síndrome de Fatiga Crónica como la Fibromialgia tenían un grave problema: Se diagnostican de forma clínica (por los síntomas que cuentan los pacientes), y en muchas ocasiones por “exclusión” (descartando otras posibles causas de los síntomas). De hecho, recientemente se redefinieron los síntomas del Síndrome de Fatiga Crónica para hacerlo más claro.
Sin embargo, gracias a estas pruebas de metabolismo y las similitudes de los pacientes con el “Estado Dauer“, es posible que hayamos dado un gran paso en una futura prueba diagnóstica para este síndrome.
Anteriormente, en un estudio realizado por parte de la Universidad de Cornell, y publicado en Microbiome, también se intentó usar una prueba como marcadores sanguíneos a partir de bacterias intestinales de pacientes con esta enfermedad, logrando diagnosticar a 87 de ellos. Por el momento ambas pruebas tienen mucho potencial de futuro, y posiblemente llegue un día donde esta enfermedad deje de considerarse algo “psicológico” para ser tratada como una enfermedad física como tal.