¿La dieta sin gluten te sienta bien? La razón no está en dejar el gluten
¿Habéis decidido pasar a las dietas sin gluten y desde entonces os sentís muchísimo mejor? La explicación no está en la ausencia del gluten.
22 septiembre, 2016 09:26Noticias relacionadas
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Os hemos hablado en numerosas ocasiones de lo increíblemente rápido que está aumentando en todo el mundo el porcentaje de personas que eliminan el gluten de sus dietas.
A veces es totalmente necesario, debido al diagnóstico de celiaquía o de algún tipo de intolerancia al gluten, pero en otras ocasiones se trata simplemente de una moda originada a raíz del miedo que sufren quiénes se dejan llevar demasiado por lo que dicta la publicidad.
Lógicamente, las marcas que venden alimentos libres de gluten querrán aumentar su mercado más allá de quiénes no tienen más remedio; por lo que, de forma más o menos directa, promocionan que el consumo de sus productos afecta muy positivamente a nuestra salud, haciéndonos sentir más ligeros y cómodos. Y claro, si para colmo, cuando decidimos probar a ver qué pasa comprobamos que, efectivamente, nos sentimos mejor que nunca, tendremos claro que lo que decían los anuncios era cierto y dejaremos de lado cualquier producto que tenga gluten. Sin embargo, según el profesor Alan Levinovitz, de la Universidad James Madison, son otros muchos factores los que influyen en este hecho.
¿A qué se deben los efectos positivos de las dietas sin gluten?
A la hora de contestar a esta pregunta tendremos que distinguir entre las personas celiacas y las que no lo son, ya que las primeras sufren un trastorno autoinmune que lleva a que el consumo de alimentos con gluten desencadene una respuesta inmunológica exagerada, que de forma indirecta termina por afectar al propio organismo.
En su caso, como es lógico, la dieta sin gluten resulta muy beneficiosa, ya que podrán prevenir todos los síntomas asociados a este trastorno, pero los segundos no sufren ningún tipo de consecuencia negativa tras consumir estos alimentos, de modo que si experimentan mejorías en su salud serán otros los factores responsables.
De hecho, según explica Levinovitz en su libro The Gluten Lie, la explicación se puede resumir en una mezcla de psicología y cambio de hábitos.
El primer caso es una especie de efecto placebo: si nos sentimos mal y la publicidad nos bombardea con las grandes virtudes de las dietas del gluten, puede que al eliminarlo de nuestra dieta creamos encontrarnos mejor, posiblemente porque nuestros síntomas iniciales tampoco tenían una explicación especialmente preocupante.
En cuanto al cambio de hábitos, imaginad que lleváis una vida sedentaria, sin apenas tiempo para cocinar y abusando de la comida basura, las hamburguesas y los snacks. Lógicamente, esa rutina nos hará sentirnos cansados y con algunos otros problemas de salud, que en algún momento dado podemos achacar al gluten, decidiendo dejar de tomarlo y sustituirlo, no necesariamente por los mismos productos en su versión para celíacos, sino directamente por alimentos que no lo contengan, como los vegetales y el pescado.
Por supuestísimo que nos sentiremos mejor, pero no por haber eliminado el gluten de nuestras vidas, sino por haber pasado al consumo de opciones más saludables.
No os confundáis, el gluten no es el enemigo si no tenemos ningún problema de salud que nos impida tomarlo y sin duda hay muchas opciones saludables para sentirnos mejor que no conllevan eliminarlo de nuestras vidas.