Esta niña ha nacido dos veces
Os contamos el caso de una niña que ha nacido dos veces, después de que los médicos le extrajeran un tumor y la volvieran a introducir en el vientre materno
25 octubre, 2016 17:00Noticias relacionadas
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No, no es un título sensacionalista ni erróneo. Hoy vamos a hablar del caso de una niña que, para salvar su vida de la amenaza de un peligroso tumor, ha tenido que nacer dos veces.
“Dicho de un ser vivo: salir del vientre materno, del huevo o de la semilla“. Ésta es la definición que hace la RAE sobre el hecho de nacer, pero seguro que en el momento de escribirla a ningún académico se le pasó por la cabeza que se tratase de algo que pudiese pasar en dos ocasiones.
Y eso precisamente es lo que le ha ocurrido a Lynlee Hope, una bebé de Texas que vino al mundo hace cuatro meses, después de haberlo hecho por primera vez doce semanas atrás para poder ser operada de un tumor que estaba poniendo seriamente en peligro su vida.
El curioso caso de la niña que ha nacido dos veces
Margaret Boemer acudía a una ecografía rutinaria durante su tercer embarazo cuando los médicos le dieron una terrible noticia: la niña que esperaba tenía un grave tumor en el coxis que estaba creciendo a pasos agigantados, compitiendo con ella por el flujo de sangre y poniendo en peligro su vida.
La primera opción que se le propuso a esta madre, rota de dolor, fue que abortase, pues lo más posible era que la pequeña no pudiese sobrevivir después del parto.
Sin embargo, ella no quiso considerar esa opción y se aferró a la segunda propuesta que le hacían algunos médicos, aunque pareciese sacada de una película de ciencia ficción.
La intervención de la que hablaban, consistía en extraer al bebé del vientre de su madre, operarla rápidamente del tumor y volver a introducirla en el útero, esperando que el resto del embarazo se desarrollase de forma convencional.
El éxito de una intervención que parecía imposible
Todo se preparó rápidamente y durante la semana veinticuatro de embarazo la bebé se extrajo del vientre de Margaret, para después ser operada durante veinte minutos en los cuáles se le eliminó la mayor parte del tumor, que en ese momento ya tenía casi el mismo tamaño que ella.
A continuación, se introdujo de nuevo en el útero, que se cosió para mantenerlo estanco hasta el momento natural del nacimiento, que tuvo lugar en la semana treinta y seis, a través de una cesárea.
Poco después la pequeña tuvo que someterse a una nueva intervención para eliminar los restos de este tumor, que se encuentra en uno de cada 35.000 bebés recién nacidos, y, aunque fue una operación complicada, a día de hoy, con ya cuatro meses de edad, es una niña perfectamente sana.
Y lo mejor de todo es que esa niña en un futuro podrá celebrar si quiere dos cumpleaños; pues, si somos estrictos, fue su primer nacimiento el que le dio realmente la vida.