Durante siglos, los científicos de diferentes épocas han buscado de forma incansable el elixir de la eterna juventud.

Pero, ¿y si la sangre de adolescentes fuese la clave de todo? Suena a idea descabellada, propia del medievo. De hecho, la leyenda de la condesa Isabel Báthory de Ecsed afirma que esta aristócrata ya intentaba usar “sangre joven” para conservar la belleza durante toda la eternidad.

Pero nada más lejos de la realidad, pues ya han sido varios los estudios que afirmaban que la sangre de adolescentes (o sangre de ratones jóvenes en este caso) podría tener la clave para rejuvenecer a ratones viejos, llegando a mejorar su memoria, cognición y su actividad física. Esta vez el equipo de Sakura Minami y sus colegas le ha dado un giro al asunto, pues han usado sangre de adolescentes humanos para inyectarla en ratones viejos.

Sangre de adolescentes, un potencial elixir de la juventud

Concretamente, Minami y sus colegas, cuyo estudio ha sido expuesto en la reunión anual de la Sociedad de Neurociencia, han puesto el ojo en el plasma sanguíneo de los jóvenes, la parte líquida de la sangre.

En otras investigaciones se ha observado un efecto paradójico: Si se inyectaba sangre de ratones jóvenes en ratones viejos, estos últimos parecían rejuvenecer a nivel físico y cerebral; sin embargo, si se inyectaba sangre de ratones viejos en ratones jóvenes, estos mostraban signos de envejecimiento cerebral.

La sangre de los ratones jóvenes ha demostrado en más de una ocasión rejuvenecer tanto el cerebro como otros órganos vitales, como el hígado, el corazón o los músculos.

En este caso, la investigación ha sido un poco diferente. Minami y sus colegas tomaron muestras de sangre de adolescentes humanos de 18 años de edad y la inyectaron a ratones de 12 meses de edad (el equivalente a 50 años humanos), edad en la cual empiezan a moverse lentamente y experimentar un mal desempeño en las pruebas de memoria.

Cómo la sangre de adolescentes ayuda al rejuvenecimiento

Los ratones recibieron dos inyecciones semanales de sangre de adolescentes, de plasma sanguíneo para ser exactos. Tras tres semanas (en total 6 inyecciones), los ratones “viejos” fueron sometidos a una serie de pruebas, siendo comparados con ratones de 3 meses de edad, y con ratones de 12 meses que no habían recibido inyecciones de sangre joven.

Sorprendentemente, los ratones que habían recibido el plasma humano corrían tan rápido como los ratones jóvenes, recordando mucho mejor el laberinto que los ratones viejos no tratados. Habían mejorado su memoria.

Posteriormente, se analizó el cerebro de los ratones viejos tratados y no tratados. Aquellos ratones viejos que habían recibido sangre de adolescentes tenían signos de neurogénesis (nacimiento de nuevas neuronas), algo que ha demostrado ser importante para la memoria y el aprendizaje.

Minami especula con los factores responsables de estos beneficios a partir de la sangre de adolescentes, pero no ha querido revelar nada por el momento. Por el momento, seguirá investigando. De hecho, ya se ha iniciado un ensayo para usar sangre joven en personas con enfermedad de Alzheimer.