Así puede ayudarte acudir a una cita con un amigo, según la ciencia
Hoy os hablamos de la técnica de ligar en compañía de un amigo, conocida en algunos países como Wingman, y os contamos la ciencia que hay detrás.
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Antiguamente, cuando estaba mal visto que un hombre y una mujer que no estaban casados salieran juntos, era muy frecuente que tuviesen que citarse en compañía de carabinas como hermanas pequeñas, amigas o vecinas aburridas sin gran cosa que hacer.
Por suerte, esa imposición ha pasado prácticamente a la historia, aunque aún sigue siendo frecuente recurrir al cortejo en compañía de un amigo o amiga que intente echarnos un cable en caso de que las cosas se pongan feas o, directamente, que esté ahí para darnos apoyo moral si finalmente nos dan calabazas.
En algunos países esto se conoce como un “Wingman”, en relación a los pilotos de aviones de combate, que cuentan con la protección de un piloto de flanco, que protege los movimientos del líder. Todo esto puede parecer bastante insustancial, pero lo cierto es que hay mucha ciencia detrás de los motivos por los que esta forma de ligar se mantiene con el paso de los años; ya que, como nos cuentan en un vídeo de AsapScience, muchos animales en la naturaleza recurren a dicho método. Y, como siempre os decimos, no hay nadie más sabio que la naturaleza.
Wingman: el arte de ligar en compañía de un amigo
Todos tenemos en nuestro grupo de amigos a una de esas personas a las que les sobra desparpajo para hablar con desconocidos a los que pretenden emparejar con otro miembro de la pandilla.
Frases como el famoso “¿Conoces a Ted?” de la serie “Cómo conocí a vuestra madre” han sido el preámbulo de muchas citas amorosas, unas con mejor resultado que otras, y siempre ha habido uno de estos Wingman detrás de todo.
Y no es para menos, pues su forma de comportarse responde a un hábito muy común en muchos animales; que, al fin y al cabo, suelen tener bastante más éxito en sus escarceos amorosos que los complicado seres humanos.
Otros animales que recurren a la técnica del Wingman
Un gran ejemplo es el de los pavos salvajes, que se acercan a cortejar a las hembras en parejas de dos machos, denominados “dominante” y “ayudante”.
Como habréis imaginado por sus nombres, es el dominante el que tratará de aparearse con la hembra, para lo que el ayudante mostrará un plumaje más pobre y desgastado, que hará que las brillantes plumas del dominante parezcan mucho más atractivas de lo que realmente son, dando lugar a resultados reproductivos mucho mejores que los de los machos que intentan el acercamiento en solitario.
Algo similar ocurre con las luciérnagas macho, que se agrupan para señalar a un compañero a través de destellos sincronizados. De ese modo, según un estudio publicado en Science en 2010, se consigue que las hembras respondan positivamente un 82% de las veces, en oposición a las luciérnagas que muestran destellos asíncronos, que sólo reciben un 3% de respuesta.
Y ya especialmente interesante es el caso de Chiroxiphia lanceolata (en la imagen superior), un ave cuyos machos recurren también a la técnica del cortejo en grupos de dos, denominados alfa y beta. Ambos llevan a cabo una curiosa danza, con la que llevan a cabo el acercamiento hacia la hembra y, como imaginaréis de sus nombres, es el alfa el que finalmente sale victorioso; pero ojo, porque el beta es un magnífico alumno, que en su próxima incursión desarrollará el rol de alfa.
¿Qué dice la ciencia sobre el arte de ligar en compañía?
Para la realización de un estudio en torno a este tema en 2014, se tomó un grupo de voluntarios, que tuvieron que evaluar una serie de 300 fotografías en las que aparecían personas en solitario o en grupo, con el fin de comprobar cómo les parecían más atractivas.
Curiosamente, no sólo encontraron más atractivas a las personas que aparecían en grupo, sino que una persona les atraía más en fotos grupales que en solitario, por lo que queda demostrada la funcionalidad del Wingman.
¿Pero existen las Wingwoman? Pues parece ser que sí; pues en entrevistas realizadas a mujeres con el fin de conocer sus técnicas de cortejo, un gran número de las participantes aseguran recurrir a técnicas cooperativas.
Y esto, teniendo en cuenta que las mujeres, debido al enorme gasto de recursos que supone el embarazo, son evolutivamente mucho más selectivas a la hora de elegir pareja, significa que es una técnica bastante buena.
Así que ya sabéis, seáis del sexo que seáis, si veis que las cosas no salen bien, tratad de buscar refuerzos. A veces las técnicas más básicas son las que dan mejores resultados.
Imagen Raj y Howard: Sonja Flemming