Por Tutatis, nunca pagues en Bitcoin, o te acabarás arrepintiendo.

Desde el nuevo boom del Bitcoin y de sus alternativas, se está aumentando el número de comercios (sobre todo digitales) que aceptan el pago mediante criptomonedas. Hay gente que está ganando mucho dinero y por ello el resto quieren unirse a la ‘moda’. Pero, ¿hacemos bien comprando con este tipo de monedas?

La tendencia de las criptomonedas, sobre todo del Bitcoin (BTC) es alcista. Por supuesto tiene periodos bajistas, pero la tendencia, en general, es buena. Y, de hecho, parece ser que seguirá siendo así durante mucho tiempo.

Se habla incluso de que en 3 años podría valer 500 000 dólares, aunque otras estimaciones más modestas afirman que valdría 50 000 dólares en 10 años. En cualquier caso, todo apunta a que, como decimos, seguirá subiendo.

Comprar con criptomonedas es perder dinero

El resumen es básicamente ese: si compramos con criptomonedas, estamos perdiendo dinero. También podemos verlo de otra manera: hacemos que la otra persona esté ganando más dinero a nuestra costa. Veámoslo con un ejemplo.

Hoy compramos un coche. Nos cuesta 10 000 dólares. Pero no lo pagamos en euros ni en dólares, sino en Bitcoin. Porque somos modernos y porque la tienda también lo es. Y, porqué no decirlo, porque es un método curioso y queremos probar (caso totalmente ficticio, por supuesto).

El BTC tiene un valor de cambio de 3771 dólares, por lo que tendríamos que desembolsar 2,65 BTC. Todo correcto: hemos hecho una transacción, la tienda ha recibido el dinero en forma de criptomoneda y nosotros hemos hemos pagado el coche y ya lo tenemos en casa.

Ahora, llega lo interesante: pasa por ejemplo un año y el Bitcoin, en vez de valer 3771 dólares, vale 5000 (es un caso imaginario, pues no podemos predecir el futuro). Por lo tanto, la tienda, que tenía mis 2,65 BTC, ahora no tiene 10 000 dólares, sino que tiene 13 250 dólares.

Es decir, ha ganado 3 250 dólares de más en este año por el simple hecho de que el BTC ha subido. La tienda se queda, por lo tanto, con un dinero que podríamos tener nosotros en otras circunstancias. Y así seguirá siendo hasta que el BTC baje, si es que algún día lo hace.

Los comerciantes se están aprovechando del boom para ganar dinero a costa de sus clientes

Y es lo que está ocurriendo en muchos lugares. En Rusia, por ejemplo, hay mercados físicos donde podemos comprar un coche o casi cualquier cosa en BTC. Por mucho que insistan los comercios, el único beneficiario en esto son ellos mismos, pues ganan dinero con la venta, además de las rentas que saca el Bitcoin de por sí.

La pizza de los 40 millones de dólares

La pizza más famosa del mundo, sin duda alguna, es la que se conoce ahora mismo como ‘la pizza de los 40 millones de dólares’. Un 22 de mayo, un hombre de Florida tenía en su monedero virtual 10 000 bitcoins (sí, diez mil bitcoins, cuando por aquella época ese conjunto valía 41 dólares) y tenía hambre, por lo que decidió que si alguien hacía llegarle dos pizzas a su casa, le daría la pequeña fortuna en bitcoins.

Recordamos de nuevo que en aquella época esos 10 000 BTC valían solamente 41 dólares. Efectivamente, el buen hombre tuvo sus pizzas, y la pagó con esos 10 000 BTC. Constituyó muy la primera transacción de este tipo.

Ahora el hombre tiene que estar tirándose de los pelos, pues esos 10 000 BTC no valen 41 dólares, sino más de 37 millones de dólares. Si la persona no hubiera comprado esa dichosa pizza, ahora mismo sería multimillonaria. Este es el ejemplo real más cercano que podremos encontrar a lo que pretendíamos explicar con este ejemplo.

Supón ahora, por ejemplo, que una marca tan grande como Mercadona, que mueve diariamente millones de euros, decida aceptar bitcoins. Aunque cada uno de nosotros gastemos de media 30 euros en bitcoins, aunque parezca que la renta es muy poco, para el comercio sí que supone bastantes millones de beneficios más, pues hablamos de la renta de la suma de todos los bitcoins con los que han pagado los clientes.

Desde luego, no debemos caer en la trampa y pagar nunca con BTC. Detrás habrá alguien que se esté aprovechando y ganando dinero a nuestra costa.