Todo lo que debes saber para usar un televisor como monitor de ordenador
Hay muchos motivos por los que querrías usar un televisor como monitor, pero antes de intentarlo hay algunos detalles que debes tener en cuenta.
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Hay muchas razones por las que te podrías plantear usar un televisor como monitor; pero antes de hacerlo, debes tener en cuenta algunas peculiaridades.
Durante décadas, el televisor y el monitor eran dos tipos de aparatos muy diferentes; muy poca gente realmente quería conectar el monitor a la TV, y para conseguirlo normalmente hacían falta convertidores y cables propios. Sin embargo, desde que llegaron las pantallas planas es cada vez más difícil diferenciar entre ambos productos.
Por qué querrías usar un televisor como monitor
“Los monitores son para el ordenador, el televisor es para el salón.” Hay algo en nuestro interior que nos dice que eso es lo correcto; aunque a la hora de la verdad, no hay nada que nos impida conectar un ordenador al televisor, o usar un monitor como TV.
De hecho, gracias a la popularización de los mini-PCs, es muy fácil montarnos nuestro propio equipo multimedia, con el que disfrutar tanto de películas como de videojuegos.
Usar un televisor como monitor tiene varias ventajas que pueden convencerte.
- Los televisores son más versátiles. Un monitor sólo sirve para mostrar la imagen que le llega por una entrada; en cambio, cualquier televisor actual que merezca la pena tiene funciones añadidas, como las Smart TV. Y si quieres conectar algo, puedes hacerlo sin problemas con conexiones HDMI, USB, analógico, Ethernet, etc.
- Mayor tamaño y más avances técnicos a menor precio. A igual tamaño, un televisor siempre será más barato que un monitor. No solo eso, sino que es mucho más fácil encontrar televisores grandes, mayores de 40 pulgadas, mientras que el mercado de los monitores se centra en modelos más pequeños. Además, es más fácil y barato encontrar televisores con las tecnologías de moda, como el HDR y la resolución 4K.
- Es algo que ya tienes en casa. Muy probablemente ya tengas un televisor en casa, uno que puede ser compatible con tu ordenador con un mínimo de trabajo. Otra cosa es que sea lo adecuado, pero de eso vamos a hablar ahora.
Antes de salir corriendo a conectar tu PC al televisor, hay algunos detalles que deberías tener en cuenta, si no quieres una experiencia notablemente inferior a la de un monitor.
Elige la conexión adecuada
El primer obstáculo con el que te puedes encontrar es que simplemente no puedas conectar el PC a la TV. La inmensa mayoría de los televisores actuales cuentan con al menos una entrada HDMI; si tu tarjeta gráfica no cuenta con ese tipo de conexión (como por ejemplo, que sólo tenga DisplayPort), te puedes encontrar con la necesidad de usar un adaptador.
La cosa se complica si tenemos en cuenta que no todas las conexiones HDMI son iguales. Por ejemplo, si el televisor aún usa el estándar HDMI 1.4, o inferior, tendrás serias limitaciones en cuestión de resolución, velocidad de refresco y la calidad del color. Si quieres disfrutar de resoluciones 4K, estarás limitado a 30 Hz (o 30 frames por segundo); esto no supone una diferencia a la hora de ver películas, pero lo notarás jugando.
Claro, que esta limitación de la conexión también puede indicar que el televisor ya tiene unos años, o que no es tan bueno como para disfrutar en condiciones de tu PC. Por lo tanto, si sólo con la conexión ya te encuentras con este tipo de problemas, es probable que no te merezca la pena usar tu TV; piensa mejor en invertir en un monitor.
Recuerda esto sobre las conexiones
- Asegúrate de que tu televisor cuenta con una conexión HDMI 2.0 o superior.
- Configura correctamente la pantalla en tu sistema. Puede que te convenga sacrificar resolución para mejorar la tasa de refresco.
- Si tu PC no tiene salida HDMI, puedes conseguir un adaptador en tiendas como Amazon.
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Configuración predeterminada y “tecnologías” añadidas
Lo más común es que el televisor traiga por defecto varias funcionalidades, orientadas a “mejorar” la calidad de vídeo; sin embargo, para alguien que busca fidelidad y velocidad, este será tu mayor enemigo.
Aunque los colores parezcan espectaculares a primera vista, es poco probable que estén configurados con la fidelidad en mente. Tendrás que “jugar” con los diversos estados predeterminados, como “Cine”, “Juego”, y otros, aunque lo ideal es algún modo básico que puedas configurar a tu gusto.
De la misma manera, también hay muchos filtros y modos añadidos, que supuestamente mejoran el rendimiento; aunque a la hora de la verdad, lo pueden empeorar. Nuestra recomendación es que, antes de configurar el televisor, desactives todos esos añadidos.
Profundidad del color
Sin duda alguna, la mayor diferencia que te vas a encontrar si conectas un PC a un televisor está en el tratamiento del color; y no precisamente a mejor. Es posible que te encuentres una imagen apagada, como si “faltasen” colores, y todo tiene que ver con la conversión del color con la que es compatible la pantalla.
La señal que llega a tu televisor está dividida en dos componentes, la luminancia y la crominancia. Cuando se juntan, forman los colores de cada píxel, y estos a su vez la imagen; sin embargo, esto supone la necesidad de un gran ancho de banda para enviar toda esa información.
El truco está en codificar el componente de crominancia, reduciendo la cantidad de información, y usar el componente de luminancia para enmascarar esta falta de datos. Al fin y al cabo, está demostrado que la luminancia tiene un mayor impacto visual que la información del color.
Por ejemplo, en el esquema, podemos ver cómo obtener diferentes colores partiendo del componente de crominancia (Cr, Cb), aplicándoles el componente de luminancia (Y’).
Cómo configurar el color del televisor
Cuando una pantalla tiene un formato de píxel 4:4:4, la información de color que usa es la misma que la fuente original; en cambio, muchos televisores son compatibles sólo con una profundidad de color 4:2:2 o incluso menor.
Y si estamos usando una conexión HDMI vieja, el cable ni siquiera podrá transportar la información de color adicional. Como vemos en la tabla, (sacada de AVSForum), con una conexión HDMI 1.4 no es posible una profundidad de color de 4:4:4 en las resoluciones y tasas de refresco más altas, como 4K a 60 frames por segundo.
Es por eso que, para garantizar la compatibilidad, muchos drivers de tarjetas gráficas configuran la señal a 4:2:2 si usamos un cable HDMI. Esto no ocurre si usamos otros conectores como DisplayPort, pero eso es porque pocos televisores cuentan con esa conexión.
Incluso si el color es el correcto en el PC, puede que no lo sea en el televisor. Los fabricantes normalmente dejan una configuración por defecto pensada para llamar la atención al ver películas; pero ninguno piensa en la posibilidad de usar el PC.
Lo más probable es que te toque calibrar el televisor usando el menú integrado. No hace falta ningún aparato profesional para calibrar, puedes hacerlo “a ojo”, buscando el punto en el que te sientas más a gusto; al fin y al cabo, cada persona percibe los colores de diferente manera.
Guías para configurar el color del televisor
Puedes ayudarte con algún tipo de guía, que te muestre patrones en los que fiarte.
El Test de Lagom es uno de los más completos de la red; consiste en varias imágenes, cada una dedicada a un aspecto diferente de la imagen. Usando estos patrones, tienes que cambiar el brillo, el contraste, la saturación de color y la nitidez.
Si te parece muy complicado, lo más simple que puedes hacer es lo siguiente (Via Xataka Home).
Pon este vídeo, baja el brillo al máximo, y empieza a subirlo hasta que veas que las barras a la derecha parpadean, entre la 17 y la 25.
A continuación, pon este vídeo, sube el contraste al máximo, y empieza a bajarlo hasta que a la izquierda veas cómo parpadean las barras entre la 230 y la 234.
Por último, cambia la saturación de color a un nivel en el que te sientas cómodo, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de tiempo que vayas a pasar delante de la pantalla.
Recuerda esto sobre el color
- Si conectas el PC al televisor por HDMI, recuerda entrar en la configuración de tu tarjeta gráfica para cambiar el formato de píxel a 4:4:4
- No te conformes con la imagen que te da el televisor por defecto. Los modos de imagen predeterminados te pueden ayudar, pero lo ideal es cambiar los colores por tu cuenta.
- Cada persona es un mundo. No existe la configuración perfecta universal, tienes que hacer el “trabajo sucio” por tu cuenta.
Tiempo de respuesta
El tiempo de respuesta es el “némesis” de los jugadores, esa china en el zapato que les impide disfrutar de su experiencia. A poco que tengas un monitor decente, el tiempo de respuesta no es un gran problema; pero en el sector de los televisores es el dato más injustamente ignorado, tanto por los fabricantes como por los usuarios.
No confundamos el tiempo de respuesta, medido en milisegundos, con el tiempo de refresco (la cantidad de veces que la pantalla es refrescada en un segundo), medido en hercios.
El tiempo de respuesta es el tiempo que tarda un píxel individual en cambiar; así que, cuanto menor sea la cifra, mejor. Un tiempo de respuesta alto supone un fenómeno llamado “ghosting”, por el que los objetos y personajes dejan una estela al moverse.
No solo es molesto visualmente, sino que afecta sobremanera a los videojuegos; estos requieren una buena sincronización entre las acciones del jugador y lo que ocurre en pantalla.
Cómo comprobar si nuestro televisor sufre de ghosting
Si quieres comprobar si tu monitor o televisor sufre de ghosting, puedes probar este test, en el que se muestran imágenes en movimiento, a diferentes frames por segundo.
Un buen monitor para jugadores tiene un tiempo de respuesta de unos 2 ms, aunque uno de 5 ms es perfectamente aceptable; en cambio, es fácil encontrar televisores con tiempos de respuesta de incluso 20 ms si no tenemos cuidado.
Para reducir los efectos del ghosting, muchas marcas incluyen algún modo “gaming”; pero normalmente esto lo único que hace es intentar tapar esos efectos con el procesamiento de la imagen. Los resultados varían mucho entre marcas y modelos; muchos provocan fallos en la imagen, pero si no queda más remedio no pierdes nada por probar.
Ni que decir tiene que si juegas con una consola, el tiempo de respuesta también es un dato muy importante.
Recuerda esto sobre el tiempo de respuesta
- Si te mareas al jugar, o notas una imagen borrosa, puede que el tiempo de respuesta no sea el adecuado.
- Consulta el tiempo de respuesta del televisor antes de comprarlo. Es un dato que los fabricantes suelen ocultar si no es muy favorable.
- Desconfía de supuestas tecnologías que reducen el tiempo de respuesta. Pueden generar fallos en la imagen si no lo configuras correctamente.
Usar un televisor como monitor, una alternativa a tener en cuenta
Si tienes en cuenta todos estos detalles, usar el PC en un televisor es toda una experiencia; el tamaño suele ser el principal gancho, pero si eso te ciega puede sufrir en otros aspectos de la experiencia.
Al final, la clave está en si vas a aprovechar el televisor que ya tienes o si vas a comprar uno nuevo. Si es lo primero, hay algunas cosas que puedes hacer para mejorar la experiencia, como hemos comentado; pero lo ideal es elegir el modelo correcto teniendo en cuenta este tipo de uso.
¿Tienes un ordenador conectado al televisor? ¿Cuál ha sido tu experiencia?