Hay veces en las que la mejor inspiración está en la propia naturaleza, y nadie sabe eso mejor que los investigadores y desarrolladores de nueva tecnología.

El último ejemplo lo tenemos en la Universidad de Columbia; donde unos ingenieros se han inspirado en la espina dorsal de los seres humanos para conseguir un gran avance en el sector de las baterías.

Esta no es la primera batería flexible que vemos, por supuesto; lo interesante es que sus creadores afirman que la inspiración les ha permitido conseguir una mayor densidad energética que cualquier otro prototipo actual.

Una batería flexible con inspiración en nuestras espaldas

Para conseguirlo, la batería está compuesta de varios componentes similares a las vértebras, en las que se almacena la energía; están compuestos de cátodos de litio y ánodos de grafito, además de partes de cobre y aluminio.

Uniendo esas “vértebras” están el equivalente de los discos vertebrales y los ligamentos de la espalda, que son los responsables de la flexibilidad; los investigadores no han querido dar más detalles sobre su composición, ya que aparentemente es la clave para conseguir la flexibilidad justa.

El resultado es una batería que puede incluirse en cualquier parte movible, para la que no hace falta un hueco rectangular como en una batería tradicional. En una prueba de concepto, los investigadores la instalan en un smartwatch, y se podría integrar, por ejemplo, en la correa.

Y lo importante es que lo consigue con el 85% del rendimiento de una batería de ion de litio normal.

Por el momento, este no es más que un prototipo, y quedan muchas preguntas por responder; además de la composición de los “discos vertebrales”, cabe preguntarse cuál será la duración y la resistencia de las uniones, sobre todo comparándolo con los daños habituales en una columna vertebral con el paso de los años.