Toshiba ha presentado sus nuevas gafas inteligentes que funcionan con un mini-PC con Windows. Son como unas Google Glass, pero más aparatosas, aunque más potentes, pero sin ser independientes, pues necesitan del mini-ordenador para funcionar.
Se pueden usar con cualquier tipo de gafas (las podemos poner en nuestras gafas de Sol o en nuestras gafas de vista) simplemente colocándolas en la pata derecha de las gafas, pero es indispensable llevar consigo el pequeño ordenador, y además tenerlo conectado en todo momento (mediante el cable).
Usa una micropantalla, como las de las Google Glass, y con un sistema y una interfaz totalmente adaptada. Están pensadas, por supuesto, para el ámbito industrial/profesional y no para el consumidor estándar (salta a simple vista por su aparatosidad, además de por otros detalles como su utilidad y precio). Para Toshiba, es una solución a aquellas personas que necesiten viajar o trabajar en movimiento con sus ordenadores y que necesiten tanto potencia como portabilidad a partes iguales.
Gafas inteligentes con Windows 10 Pro… pero dependientes
De hecho, no se puede poner en duda la potencia de este equipo, pues las gafas realmente usan uno de sus mini-PC portátiles más conocidos en el sector de la productividad, el dynaEdge Mobile Mini PC, un ordenador del tamaño de un teléfono móvil. Y esto evita precisamente pensar en otros problemas como al duración de la batería, algo que con un ordenador completamente independiente en las gafas sería un gran problema, además de la escasa potencia.
Podremos usar el mini-PC tanto con una pantalla normal como con las gafas inteligentes
El ordenador, que usa Windows 10 Pro, monta un procesador Intel Core M de 6ª generación, un SSD de hasta 512 GB, hasta 16 GB de memoria RAM LPDDR3 , además de la conectividad estándar (y por supuesto conectividad inalámbrica), además de un lector de huellas opcional.
La montura de la pantalla, que recibe el nombre de DynaEdge AR100 Head Mounted (tan aparatos como las propias gafas), que como decimos debe ser instalada en la pata derecha de las gafas, pesa apenas 85 gramos. El pequeño ordenador, en cambio, asciende hasta los 311 gramos, algo más que un teléfono móvil, pero lo podemos llevar perfectamente en un bolsillo cualquiera.
Las gafas montan una cámara de 5 Mpx de 640 x 360 píxeles de resolución, micrófonos duales con cancelación de ruido, un altavoz y una variedad de sensores, como GPS, luz ambiental, proximidad, y algunos más. Su precio, en cambio, ya no es tan interesante: a partir de 1899 dólares. No solo pagamos sus especificaciones (se trata de un ordenador potente), además de que se acaba pagando un plus obvio por la portabilidad.