Un usuario de GitHub ha desarrollado un sistema que permite montar un super ordenador barato, a partir de los módulos más baratos del mercado.
Cuando hablamos de “superordenador”, nos imaginamos enormes máquinas, que ocupan pisos enteros; mastodontes que necesitan de avanzados sistemas de refrigeración y software a medida para aprovechar su potencia. Pero un superordenador también puede ser un conjunto de chips comprados en una tienda china.
Un superordenador es algo más que potencia bruta
Y es que los superordenadores que conocemos no están compuestos por un sólo ordenador; sino por cientos, miles, e incluso millones de núcleos, cada uno con su propia memoria y almacenamiento. En vez de trabajar en la misma tarea, se reparten el trabajo con procesos en paralelo, para terminar lo antes posible; uno de los grandes desafíos es crear el software que controle todo eso.
Wei Lin, un usuario de GitHub, ha creado precisamente eso; se llama Broccoli, y es un sistema de cola de tareas en sistemas distribuidos que nos permite crear nuestros pequeños superordenadores personales.
Montar un super ordenador barato es posible con este proyecto
Para demostrarlo, Wei Lin ha partido de uno de los “ordenadores” más baratos que podemos conseguir: seis chips ESP32, que cuestan unos siete dólares cada uno. Ha conseguido unirlos y hacer que trabajen en consonancia para realizar los trabajos que reciben; Broccoli se encarga de dividir las tareas y asignarlas a los diferentes sistemas.
En la demostración, Wei Lin encarga un trabajo de contar palabras, que es repartido entre tres ESP32 diferentes.
La motivación detrás de esta creación está en los costes que supone comprar sistemas como la Raspberry Pi; los más de 30 dólares que tiene en China es demasiado para los creadores, así que los ESP32 suelen tener más éxito pese a ser menos potentes.
Al unirlos en un sólo ordenador, estos seis ESP32 tienen un precio similar a una Raspberry Pi, pero con tres veces más núcleos. Y más núcleos significa mejor rendimiento en multitarea, justo lo que queremos con un “superordenador”.
Aunque Broccoli sólo tiene un uso muy específico, su código y la idea de la que parte podrían aprovecharse en otros proyectos; puede que haya empezado la era de los superordenadores caseros.
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