Cada vez se presentan más soluciones reales y que podemos usar en nuestro día a día donde se implementa alguna Inteligencia Artificial, y esta es una de ellas. Se trata, en concreto, de una IA capaz de colorear dibujos o bocetos en blanco. Es decir, nosotros nos podemos encargar de trazar los límites, y la IA se encarga de todo lo que tenga que ver con el color. Concretamente, podemos dejarle libre albedrío y que use los colores que quiera, o directamente señalarle qué colores van en qué sitios.

Tan solo basta con subir a la plataforma un dibujo sin colorear y esta IA le dará su propio toque de magia con tres estilos distintos entre los que podemos escoger: Tanpopo, Satsuki y Canna, cada uno de ellos con su propia esencia. Por supuesto, podremos ir probando los resultados de estas tres técnicas en vivo y, si así lo queremos, descargar o compartir los tres resultados.

Podemos probar PaintsChainer con cualquier dibujo, tanto si lo dibujamos nosotros como si lo descargamos de Internet. No obstante, hay que tener cuidado con los dibujos hechos por uno mismo, pues si no delimitamos muy bien los contornos, es posible que la IA se confunda y pinte donde no debe; es decir, que o dibujamos muy bien, o confundiremos a la Inteligencia Artificial (como nos ha pasado a nosotros con un intento de Bob Esponja, aunque en mi defensa tendré que decir que también ocurre con imágenes profesiones de Internet).

Cómo dibujar con la Inteligencia Artificial PaintsChainer

Funciona bien, pero la IA es tan arbitraria que haciendo lo mismo dos veces, obtenemos resultados distintos

Como vemos en la imagen superior, es tan sencillo como introducir un boceto ya hecho (o dibujarlo sobre el lienzo en blanco que nos proporcionan) y comenzar a indicar con qué colores queremos que rellene la IA. Podemos usar un cuentagotas para copiar los códigos hexadecimales de los colores, podemos usar una paleta y podemos usar tanto un pincel como una goma (y también volver pasos atrás o adelante).

Y no hay mucho más que explicar: solamente necesitamos que practicar y entender cómo funciona. Y es que, al fin y al cabo, solamente es garabatear sobre el boceto que dibujemos o que obtengamos desde Internet.