Ingenieros del MIT han desarrollado chips en miniatura, pensados para crear drones diminutos.
Es fácil olvidarlo, pero los chips actuales son increíbles obras de ingeniería, que condensan una ingente cantidad de circuitos y puertas lógicas en un espacio reducido. Cualquier procesador actual cabe en la palma de tu mano y es capaz de realizar una absurda cantidad de cálculos por segundo.
Pero incluso eso no será suficiente en el futuro. El proceso de miniaturización de los procesadores continúa, y en el futuro cercano veremos en marcha procesos de fabricación de 7 nm; pero no, eso tampoco será suficiente en muchas situaciones. Por ejemplo, si queremos crear un enjambre de drones del tamaño de abejas, capaces de comunicarse entre si y de moverse como lo haría una bandada de pájaros.
Chips en miniatura, la clave para crear drones del tamaño de abejas
Ese fue el objetivo que se pusieron en el MIT, al darse cuenta de que la tecnología ya ha avanzado lo suficiente como para crear drones del tamaño de abejas… excepto en lo que respecta a su “cerebro”. Ya existen drones tan pequeños que pueden posarse en un dedo, y capaces de volar con sólo 1 W de energía.
El problema está en la capacidad de proceso necesaria para que un dron procese la información de los sensores y cámaras acoplados, por ejemplo, para hacer streaming en directo. Para eso, es necesario un procesador relativamente potente y que consumirá suficiente energía como para precisar una gran batería; la idea de un dron abeja se desvanece.
El logro obtenido por el MIT ha sido idear un nuevo método para diseñar chips y los algoritmos que ejecutan. Lo habitual es diseñar el hardware y el software por separados; así que al menos uno de los dos tiene que hacer sacrificios para adaptarse al otro.
En cambio, en el MIT proponen diseñar el hardware y el software al mismo tiempo; que los algoritmos estén pensados para un tipo de hardware, y viceversa. Los ingenieros descubrieron que de esta manera, podían crear chips mucho más pequeños.
El prototipo creado tiene la potencia necesaria para controlar un dron y procesar la información que obtiene; como hacer streaming de vídeo a unos 20 frames por segundo, o ajustar su orientación dependiendo de la información de los sensores.
Todo eso lo consigue con sólo 2W de electricidad, por lo que la batería integrada sería mucho más pequeña. Sus creadores consideran que es el primer paso para crear el dron inteligente más pequeño del mundo.
El chip será presentado oficialmente esta misma semana, por lo que las aplicaciones en la “vida real” podrían verse muy pronto.
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