Las antenas de tus dispositivos te permiten conectarte con la red WiFi, hablar por teléfono, usar tus auriculares inalámbricos y mucho más. Pero todo eso ocupa espacio, en forma de piezas de metal; un espacio muy valioso cuando además tienes que integrar todo tipo de chips y una batería cada vez más grande.
Eso es porque el tamaño de la antena influye en la longitud de onda en la que pueden trabajar; en concreto, la antena debe tener un tamaño la mitad de pequeño que la longitud de onda que quiere recibir. Sólo de esa manera es posible que el metal de la antena capture las ondas de radio y las convierta en electricidad.
Por lo tanto, un dispositivo cualquiera necesitará una antena de una longitud diferente para cada tipo de señal que quiera capturar. La solución a esto puede ser la “radio atómica”, un concepto que tiene el potencial de revolucionar las antenas tal y como las conocemos; y lo más importante, sin necesidad de tener una antena para cada tipo de conexión.
Cómo funciona la radio atómica, el futuro de las antenas
La clave está en los “átomos Rydberg”, cuyo nombre viene de Rydberg Technologies, la empresa cuyos empleados han publicado un estudio en el que han reinventado la antena; y de hecho, funciona de manera completamente diferente. Los mencionados átomos se mantienen en estado gaseoso en una cámara de vapor, en un estado excitado; eso significa que son muy sensibles a los campos eléctricos que pasen por ellos, y que los cambios provocados pueden ser medidos.
La idea de esta “antena” es usar un láser para medir constantemente el estado de los átomos, que concretamente son de cesio; cuando un campo eléctrico pasa por ellos, reaccionarán de cierta manera, y eso puede ser interpretado en forma de señal. El sistema sólo tendría que interpretar esas señales para obtener los datos transmitidos.
Este tipo de antena tiene muchas ventajas, como por ejemplo, que no requiere ninguna protección electromagnética; así que puede ser usado en sistemas que reciban radiación electromagnética constantemente, como satélites. Pero también puede resistir interferencias o ataques dirigidos; sólo es necesario diseñar el recibidor para que opere sólo en las bandas que queremos, ignorando el resto.
Además, estas cámaras de vapor tienen un tamaño de apenas unos milímetros; en un dispositivo actual eso supondría ganar mucho espacio de repente que puede ser usado para otras cosas, o para crear productos más pequeños y manejables.
Esta “radio atómica”, como la llaman sus creadores, probablemente empezará en aviones o barcos, como un método alternativo de comunicaciones.
Imagen portada | Rydberg Technologies
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