En la era digital vivimos rodeados de aparatos que constantemente nos están grabando, bien sea con voz o con vídeo (en determinados casos). El último aparato que se ha colado en nuestra casa ha sido el altavoz inteligente, que consigue ser un asistente virtual para nuestro día a día. El caso es que están permanentemente conectados y necesitan de nuestra voz para funcionar.
Esto ha generado un debate que aflora de vez en cuando en las redes. ¿Realmente atentan contra nuestra privacidad estos aparatos? ¿Realmente nos afecta que estén escuchándonos todo el rato? Y sobre todo ¿nos compensa dadas las funciones que traen? Ya os adelantamos que no vas a percibir daño alguno como usuario.
Nuestra privacidad, cada día un tema más candente
Este año ha sido especialmente negro para Facebook, la red social más grande del mundo. Los múltiples escándalos a los que se ha visto sometida la empresa han degradado su imagen y ha puesto sobre la mesa el debate de hasta qué punto le estamos dando acceso a nuestra privacidad a Internet.
Esto se recrudece todavía más si hablamos de la privacidad del hogar. Por motivos más que obvios no podemos poner una cámara en la casa de nadie, y aunque nuestros aparatos en teoría no recogen nuestros datos, sí que recaban información de nosotros para ayudarnos a hacer las tareas del día a día. Recordemos, como decimos, que este tipo de altavoces necesitan grabar nuestra voz para funcionar.
Según Google y Amazon, las principales empresas que están apostando por este modelo, tanto Google Home como Amazon Echo (Alexa) no recaban datos esenciales y no graban nada, sino que están esperando a recibir el comando que los active. Por otra parte, también han asegurado que aunque guardan algunos datos como conversaciones para ser más eficiente con nuestros comportamientos, no usan esos datos para nada.
Pero esto no quita que estas empresas estén exentas de sus problemas con la privacidad. En este año hemos visto casos de riesgo como el suceso en el que se comprometieron miles de cuentas de Google por culpa de Google+, o las acusaciones a estas empresas de comercializar con nuestros datos. No hay que hilar muy fino para pensar que grabar nuestras conversaciones puede dar mucha información valiosa.
¿Son tan útiles estos aparatos como para tener que comprarlos?
Con esta premisa quizás no sería lo más recomendable el comprar un aparato de estos. Pero nada más lejos de la realidad. ¿Realmente compensan sus funciones? Absolutamente, y es que gracias a estos asistentes nos ahorramos muchas cosas.
Podemos preguntarles por muchas cuestiones e incluso podemos organizarnos el día en función de lo que necesitemos. Podemos añadirles recordatorios, escuchar el tiempo, las noticias y podremos pedirle que lea nuestras notificaciones, que nos haga de intermediario en las llamadas o que nos recomiende contenido de diversa índole.
Sus características se expanden con más aparatos; por ejemplo, con Google Home y Google Chromecast podemos pedirle a Google que nos mande un vídeo a la tele con un simple comando de voz. En el caso de Alexa, por ejemplo, podemos combinar un Amazon Echo Dot con un Echo Sub y montarnos un pequeño set de sonido con muy buena calidad.
Os pondré ejemplos prácticos. A una determinada hora de la mañana, el altavoz inteligente suena para despertarnos con su alarma. Simplemente pidiéndole que se calle podemos pararla, o aplazarla. No tenemos que coger el móvil, que nos deje ciegos y quitar la alarma. Después, mientras nos vestimos podemos pedirle que nos narre las noticias o que nos hable del tiempo.
Teniendo en cuenta que todo eso se puede hacer con el altavoz y ya está, nos libera de muchas restricciones. No tenemos que encender el PC o mirar el tiempo en nuestro móvil; solo un comando y ya está. Igualmente podemos también solo con la voz pedirle a nuestro asistente que nos recuerde cosas, y ella nos las narrará en los momentos oportunos. Para una persona como yo que no tiene mucha mano en la organización, esto es de gran ayuda.
No, no te van a espiar (y tampoco lo notarías)
He conocido a muchos que no han querido comprarse uno de estos aparatos precisamente por eso, al miedo a ser escuchados. Y no voy a ser yo el que desmienta al 100 por cien que no nos espían, ya que por mucho que digan no podemos estar seguros del todo. Pero de igual manera, puedo afirmar que lo más probable es que no te estén espiando.
Si no ¿por qué le pones una cinta a la cámara de tu ordenador portátil pero no se la pones a la de tu móvil? ¿Por qué entonces tenemos móviles cuyo micrófono está siendo usado por cientos de apps en nuestro día a día? ¿Por qué nuestro móvil no suscita este problema pero sí lo suscitan los aparatos domóticos?
Pero más importante aún es el hecho de que en tu día a día no notarás absolutamente nada. Es más que posible que en el mismo momento en el que escribo estas líneas tú, yo y cientos de personas estemos rodeados de dispositivos que pueden estar recabando información de nosotros, pero no nos afecta en nada. ¿Qué te ocurrirá? ¿Te aparecerán anuncios de tus gustos en Instagram?
Obviamente no estoy a favor de que atenten contra nuestra privacidad… pero objetivamente solo es problemático si estos datos se usan en cuestiones políticas, económicas y demás. No va a venir una pareja de hombres trajeados del FBI a tu puerta a hacer un interrogatorio. Por no querer esto, nos estamos perdiendo a unos aparatos muy útiles y que no harán más que hacer nuestras vidas un poco más cómodas. La tecnología no tiene por qué estar siempre reñida con nuestro espacio personal.
Porque nuestra privacidad es importante, pero no debemos ver fantasmas donde no los hay. ¿Por qué en vez de ver fantasmas no escuchamos más a nuestros asistentes y ya está?
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