El día 25 de octubre de 2018 estallaba el escándalo: Google ocultó escándalos sexuales con cifras millonarias, especialmente relacionados con Andy Rubin, padre de Android y una de las personalidades más importantes de la empresa. Hoy, el mismo periódico que desvelaba la exclusiva, el The New York Times, entrevista a Sundar Pichai, CEO de Google.
Esta entrevista es importante, ya que ha salido en pleno auge de las protestas de los trabajadores de Google en referencia al acoso sexual y a sus cambios en la política de la empresa para endurecerse ante el asunto. Una frase enigmática que ha dejado la entrevista nos dice mucho del pensar de Pichai: “la tecnología no resuelve problemas humanitarios”.
Pichai en el New York Times, el periódico que inició el huracán
Hoy mismo, Google ha anunciado medidas en sus políticas de acoso sexual para hacer frente tanto a los escándalos como a las protestas de sus trabajadores. Lo primero es lo primero: sorprende que el mismo Pichai haya dado la cara en el mismo periódico que acusó a su empresa de haber pagado sumas millonarias para ocultar escándalos sexuales, por lo que ello le congratula.
Esta entrevista ha estado enfocada principalmente en la vida de Pichai. Hace 14 años que entró en Google, pero el ahora CEO de la empresa tuvo unos inicios muy humildes; llegó a dormir en una casa sin calefactor, en el suelo y sin cama. El primer paso en la entrevista es distanciarle de los principales implicados en el escándalo: los fundadores de Google: Sergey Brin y Larry Page, además de Eric Schmidt, ex director ejecutivo y presidente de la compañía.
Por otra parte, no se iban a evitar las preguntas en referencia a la situación actual de Google. Sundar no ha rechazado ninguna pregunta. Ante la pregunta de qué mensaje debía lanzarle a los más de 20 000 trabajadores de Google que se han manifestado frente al acoso sexual, es tajante:
“La gente está saliendo a la calle porque quieren que mejoremos y quieren que demostremos que podemos hacerlo mejor. Estamos reconociendo y entendiendo que claramente tenemos que cambiar algunas cosas malas. Y hemos estado dirigiendo la empresa de manera muy diferente desde hace un tiempo. Pero pasando por un proceso como ese, aprendes mucho. Por ejemplo, hemos establecido canales por los cuales las personas pueden reportar problemas. Pero esos procesos son mucho más difíciles para las personas que lo atraviesan de lo que nos dimos cuenta.”
La siguiente pregunta fue todavía más directa: el entrevistador del New York Times preguntó a Pichai acerca de si en la compañía había “un problema moral”. La respuesta de Pichai también es reveladora:
Hay muchos desafíos en el mundo y, dado lo que hace Google, sentimos que estamos a la vanguardia de muchos de estos problemas. Pero cuando la gente dice: “Wow, hay muchos desafíos”, yo siempre digo: “No hay mejor momento para estar vivo”. Pasé por el ejercicio de ubicarme en diferentes momentos del mundo. Estar vivo durante la Primera Guerra Mundial, o la gripe, o la Gran Depresión, o cuando la Segunda Guerra Mundial está por venir. Estar en la década de 1960, y Martin Luther King siendo asesinado a tiros, y R.F.K. más tarde siendo asesinado a tiros, o cuando estábamos en Vietnam y hubo una Guerra Fría y una crisis de misiles cubanos. No hay mejor momento para estar vivo.
Pero dicho esto, creo que, como humanidad, estamos tratando cada vez más con cosas más grandes. Como empresa como Google, tenemos una misión más profunda y sentimos el peso de eso en nuestros hombros. Siento que las personas están energizadas y que las personas quieren cambiar y mejorar el mundo.”
Es en esta parte donde vemos el pensamiento más profundo de Pichai. El entrevistador continúa y le habla de cuando Pichai llegó hace 14 años a Google, y lanza la pregunta de si este siente que Google es la misma compañía que hace esos 14 años. La repuesta:
“Cuando me uní a Google por primera vez, me sorprendió el hecho de que era un lugar muy idealista y optimista. Todavía veo mucho ese idealismo y optimismo en muchas cosas que hacemos hoy. Pero el mundo es diferente. Tal vez haya más realismo de cuán difíciles son algunas cosas. También hemos tenido más fracasos. Pero siempre ha habido una fuerte racha de idealismo en la empresa, y todavía lo ves hoy”.
En última pregunta en relación a este idealismo, Pichai saca su lado más sincero. La pregunta es quizás una de las más personales de Sundar: “¿Todavía sientes que Silicon Valley ha retenido ese idealismo que te impactó cuando llegaste aquí?”. He aquí la respuesta de Pichai:
“Todavía hay ese optimismo. Pero el optimismo se ve atenuado por un sentido de deliberación. Las cosas han cambiado bastante. Sabes, deliberamos mucho más sobre las cosas y somos más atentos a lo que hacemos. Pero hay algo más profundo aquí, que es: la tecnología no resuelve los problemas de la humanidad. Siempre fue ingenuo pensar así. La tecnología es un facilitador, pero la humanidad tiene que lidiar con los problemas de la humanidad. Creo que ambos dependemos demasiado de la tecnología como una forma de resolver las cosas y, probablemente, en este momento, también de la indexación excesiva de la tecnología como fuente de todos los problemas.”
Estas respuestas contrastan mucho con los últimos sucesos aparte de los escándalos por los que ha tenido que pasar Google, como el cierre de Google+ por la brecha de seguridad o las dudas que generan su buscador en China. Pero queda claro que Pichai ha querido dar la cara en mitad del huracán, y no podemos más que reconocerle eso. Sus respuestas, en cambio, tendrán diferentes significados en función de quién las lea. Eso no cambia que este sea un Pichai sincero y necesario ante estos días.