Si hay algo en lo que todos los usuarios de Internet es posible que estén de acuerdo es que en los últimos años hemos pasado de un modelo de compra de bienes físicos a uno de compra de bienes digitales y posteriormente a uno de suscripción.
Eso lo hemos visto en la música, los libros y las series. Incluso con las películas, aunque siempre en la pequeña pantalla, la televisión. El cine se ha mantenido hasta ahora al margen de esa idea de tarifa plana que permite consumir lo que queramos a un precio fijo, un buffet que ha hecho que gigantes como Netflix hayan logrado tener un tamaño descomunal.
Pero siempre hay alguna empresa que quiere arriesgar algo más de lo normal y MoviePass es sin duda al referencia en la industria de los cines, que no del cine.
La idea de la compañía estadounidense es sencilla: ofrecer un bono mensual a los usuarios para incentivar el que vayan más al cine. Mucho más. Con sus más y sus menos (han tenido que modificar de forma sustancial sus opciones de contratación en su país natal) el éxito de la empresa es bastante llamativo e incluso ahora la empresa que la compró para reenfocarla tiene la intención de separarla de la matriz, para que opere con mayor flexibilidad.
Ahora que sabemos que 2019 es el año elegido para que la compañía aterrice en nuestro país, hemos querido plantear qué forma de operar tendría que tener para que no sea un aterrizaje desastroso.
Un precio adecuado
Lo más importante de un servicio así es el coste mensual. Con competencia tan fuerte como Netflix o HBO y en un país en el que el cine no es una de las actividades de ocio más populares, llegar con un precio alto puede ser motivo de una muerte prematura.
En Estados Unidos la tarifa de Moviepass es de 9.95 dólares al mes pero hay que tener en cuenta que allí una simple entrada de cine cuesta entre 12 y 15 dólares normalmente. Es decir, con las misma condiciones el precio aquí debería rondar los 7 u 8 euros como mucho.
Obviamente si los acuerdos con las salas de cine permiten mejorar las condiciones de Estados Unidos sería lógico que el precio pudiera subir. No seria mala idea, a posteriori, ofrecer diversas tarifas aunque eso vaya contra la simplicidad del servicio.
Al menos poder ir un fin de semana al mes
Aunque los cines están abiertos durante todo el año parece evidente que el momento mas adecuado para ir serán los fines de semana, cuando más tiempo libre tenemos.
Es importante que Moviepass permita usar su tarifa plana en estos días, o al menos en uno de los fines de semana al mes, como poco. Esto podría ajustarse en función del número real de películas que podamos ver cada 30 días.
Películas de estreno
En los cines conviven películas que acaban de ser estrenadas con otras que llevan tiempo en cartelera. Aunque es posible que no podamos asistir a los estrenos de las películas en el mismo día en el que se lanzar comercialmente, sería necesario que pudiéramos verla en las primeras semanas.
El establecer un límite adecuado lograría que haya interés en verlas en el cine y no esperar a que aparezca en la TV o en plataformas de streaming.
Compatibilidad con muchos cines
La cercanía a una sala de cine que permita el uso del servicio será clave para muchos usuarios. Está claro que serán los habitantes de las grandes ciudades los más beneficiados pero incluso en ellas el que haya una gran capilaridad de salas compatibles es clave.
Sera raro que un espectador se cruce una ciudad para ir al cine, aunque le resulte muy barato, y menos si lo hace varias veces al mes.
Además esto permitiría elegir la sala que más le guste a cada persona, algo que muchos de los más cinéfilos ya tienen interiorizado.
Al menos 4 películas al mes
En su lanzamiento original Moviepass permitía ver una película al mes en las salas compatibles pero posteriormente esto se modificó. Actualmente son tres las películas que se pueden ver cada 30 días.
En España creemos que esta sería una aproximación insuficiente y dado que el coste de las entradas es mucho menos al menos deberíamos poder ver cuatro películas al mes. Ojo, cuatro al mes, no una por semana. Esto permitirá usar el bono cuando más tiempo libre tengamos. Quizás se dé la limitación de una película al día, algo lógico desde el enfoque empresarial.
No se vayan, aún hay más
Junto a estos factores que creemos imprescindibles hay otros que podrían incentivar la implantación de esta idea.
Por un lado podrían darse ciertos descuentos en palomitas y refrescos ya que sabemos que los cines tienen en estos alimentos unas tasas de beneficio bestiales.
Los más cinéfilos también valorarían poder ver películas en versión original con subtítulos, aunque esto depende más del tipo de cine de cada localidad que de Moviepass.
Por último, alguna promoción en la que nos ahorráramos una cuota al lograr que un amigo se inscriba también seria bien recibida. Lo que no veríamos adecuado es el típico mes gratis sin permanencia, esto sería una sangría para la empresa en nuestro país.
Quedan pocos meses para ver el aterrizaje de la compañía en nuestro país, veremos cómo es finalmente y si se cumplen nuestras expectativas.