Parece mentira lo dependientes que nos hemos vuelto del GPS en apenas unas décadas. Esta tecnología se ha expandido a todo tipo de productos. Hasta los coches más baratos tienen navegador GPS por defecto, para evitar que nos perdamos hasta en las zonas más difíciles; y prácticamente cualquier smartphone que se precie usa la misma tecnología para mostrar nuestra localización y ofrecernos servicios relacionados.
Es fácil olvidar que el GPS es una solución tal vez demasiado complicada. Funciona gracias a satélites que triangulan nuestra posición desde órbita y la envían a nuestro dispositivo; de esa forma las aplicaciones pueden saber dónde estamos en un mapa, y si hay algo interesante (una carretera, un café) cerca de nuestra posición.
El GPS falla tanto que necesita algo más
Es un sistema caro y al que ya se le notan los años; especialmente ahora que hay millones de dispositivos compatibles. Es un sistema que puede fallar constantemente, por todo tipo de motivos. Por eso cada dos por tres se habla del “sucesor del GPS”, o al menos de alternativas al sistema actual; sobre todo porque hay países que no quieren depender de los sistemas y satélites lanzados por otras potencias.
Pero ¿y si la solución a este problema no estuviese en el GPS? Un equipo de investigadores del Imperial College de Londres afirma haber encontrado una manera de conocer nuestra localización exacta sin necesidad de GPS; y lo más llamativo es que lo han conseguido con tecnología cuántica.
Navegar sin GPS usando tecnología cuántica
Los investigadores han desarrollado un “acelerómetro cuántico”; sí, un acelerómetro como el que lleva tu móvil para detectar los movimientos que haces. La diferencia es que esta nueva tecnología es mucho más avanzada.
El acelerómetro cuántico funciona con átomos superenfriados; es decir, cuya temperatura ha bajado tanto que empiezan a mostrar comportamiento cuántico, y son partículas y ondas al mismo tiempo. La clave está en que las ondas emitidas por un átomo en estado cuántico se ven afectadas por la aceleración.
El dispositivo cuenta con un láser que dispara a esos átomos para medir sus propiedades; concretamente, cómo se desplazan las ondas conforme el dispositivo se mueve. Los resultados son mucho más precisos que con un acelerómetro normal; hasta el punto de que es capaz de registrar nuestros movimientos con absoluta precisión.
Sus creadores creen que será posible usar este acelerómetro para registrar nuestra posición relativa; si partimos de un punto conocido, y sabemos con precisión cómo nos hemos movido, es posible marcar con exactitud el lugar en el que estamos ahora mismo. En casos en los que perdamos la cobertura GPS, por ejemplo, puede resultar especialmente útil.
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