Olvídate de los SSDs y discos duros tradicionales. El futuro del almacenamiento puede que no esté limitado por la cantidad de chips de memoria que tenga tu dispositivo, o la densidad a la que se almacenen los datos. Para muchos investigadores, el ADN tiene la clave del almacenamiento masivo, en el que podremos guardar una absurda cantidad de información en el espacio que ocupan una cadena de moléculas.
En un gramo de ADN, sería posible almacenar petabytes de información, una escala muy superior a los terabytes a los que ya estamos acostumbrados en el almacenamiento. Esto permitiría no solo crear dispositivos de almacenamiento más grandes, sino también más pequeños y eficientes; un móvil podría tener varios “teras” de almacenamiento y ser al mismo tiempo ridículamente pequeño.
Microsoft da un gran paso en el almacenamiento con ADN
Sin embargo, hasta ahora eso todo era una idea futurista y poco más. Una idea que Microsoft, junto con investigadores de la Universidad de Washington, ha hecho realidad con el primer disco duro basado en ADN. Aunque no es la primera vez que se consigue almacenar información en ADN, ni de lejos, esta sí que es el primer dispositivo de almacenamiento funcional que usa ADN.
Por lo tanto, este aparato, del tamaño de una fotocopiadora, no solo es capaz de guardar datos en ADN, sino que también puede leerlos; se comporta como un disco duro cualquiera en ese sentido, aunque este cuesta mucho más de producir: nada menos que 10.000 dólares. Pero no te vayas a pensar que por se precio tendrás un rendimiento espectacular.
En las primeras pruebas, los investigadores grabaron algo muy simple, la palabra “hello” (hola). Para ello, se partió de la forma en binario de esa palabra, (01001000 01000101 01001100 01001100 01001111); estos bits se codificaron en las bases de ADN: A (adenina), G (guanina), C (citosina) y T (timina). El dispositivo entonces sintetizó el ADN resultante y lo almacenó en un líquido. En ese momento, el proceso de guardar información ha terminado, y como resultado se almacenó un microgramo de ADN.
El primer disco duro de ADN es capaz de grabar y leer información
Lo interesante es que el dispositivo también tiene un decodificador de ADN, por lo que puede leer la información que se ha guardado. Primero, el ADN almacenado es registrado por un secuenciador de ADN y el decodificador convierte la secuencia de bases a bits, que pueden ser interpretados por un ordenador y convertidos en la información, en este caso, “hello”.
Todo este proceso duró nada menos que 21 horas, y teniendo en cuenta que la información sólo ocupaba 5 bytes no está a la altura de cualquier dispositivo de almacenamiento de las últimas décadas. Sin embargo, esto es sólo el principio; los investigadores ya han descubierto un método para reducir el proceso a unas 10 horas, y la máquina en sí puede ser mucho más barata.
En definitiva, estamos sólo ante los inicios de esta tecnología, y sus beneficios pueden compensar este bajo rendimiento. Y es que mientras que un disco duro o un SSD sólo puede almacenar datos durante unos años, el almacenamiento en ADN puede durar decenas de miles de años, como demuestran el descubrimiento de células de animales ya extinguidos. Por eso, el equipo ya está pensando en los siguientes pasos para integrar esta tecnología con otros sistemas.
Noticias relacionadas
- India lanza la misión que le puede convertir en el cuarto país en llegar a la Luna
- Airbus presenta un avión con las alas de un ave de presa, ¿el futuro de la aviación?
- Tu nuevo fondo de pantalla ha sido posible gracias a una vela solar
- Duro como una piedra o blando como la gelatina: este material dinámico cambia con la iluminación