La noticia científica del año es sin duda la obtención de la primera imagen de un agujero negro de la historia. Uno de los proyectos más ambiciosos de la comunidad científica ha dado resultado, y sólo se podría haber conseguido gracias a las últimas tecnologías.
Buena parte del equipo científico detrás de la ya famosa imagen del “ojo de Sauron” tiene conocimientos avanzados de informática y programación. Y es que, como bien sabéis, hacer una foto a un agujero negro no es posible; la clave ha estado en capturar las ondas de radio de Messier 87, una galaxia con un agujero negro supermasivo, a unos 54 millones de años luz de distancia.
Cómo un algoritmo consiguió que unos pocos datos tuviesen sentido
Esto no ha sido tan sencillo como suena. Para empezar, la captura de esas ondas de radio ha precisado la colaboración internacional de ocho telescopios alrededor del mundo, entre los que se encuentra el IRAM en Sierra Nevada, Granada. Pero esos datos no sirven de nada si no se pueden interpretar.
Y es que lo que los telescopios capturaron era mucho más que la influencia de un agujero negro; también obtuvieron muchos datos inútiles, como interferencias de la atmósfera terrestre. Eso, unido a la escasez de ondas de radio provenientes de M87 capturadas, obligó a los científicos a aprovechar todos los datos que tenían de la manera más eficiente.
Ahí es donde entra Katherine Bouman, que llevaba seis años, desde que se graduó en el MIT, desarrollando un algoritmo para interpretar los datos provenientes de los telescopios. Ella forma parte del equipo de tres docenas de científicos de la computación (también conocidos como “informáticos teóricos”) que han colaborado para procesar los datos y obtener la imagen del agujero negro.
Cuando los datos llegaron el pasado junio, el trabajo de Bouman fue vital para que tuviesen sentido. Su algoritmo y el de otros miembros del equipo consiguió obtener las imágenes que se esperaban, las que científicos habían predicho durante años. No solo eso, sino que Bouman lideró el proceso de verificación de las imágenes resultantes.
La informática de la imagen del agujero negro se hace famosa en Internet
El resultado, que muestra los valores medios de los datos, una vez que han sido “limpiados” y procesados, ha dado la vuelta al mundo. La imagen ha sido compartida millones de veces en redes sociales, así como la reacción de Bouman, que ella misma publicó en Facebook.
La científica de la computación se ha convertido en la cara del proyecto, la representante de un gran logro de la ciencia moderna. Pese a su juventud, 29 años, su papel ha sido clave en la obtención de la imagen; tanto como parte del equipo que desarrolló los algoritmos necesarios, como para su verificación.
El nombre de Katherine Bouman ya es uno de los más comentados en la comunidad científica. La fotografía en la que posa con los discos duros en los que se guardó los datos de los telescopios se ha vuelto viral, y ya muchas la comparan con la famosa foto de Margaret Hamilton y el código fuente del programa Apollo.
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