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Tecnología

Un "disco duro" que guardará información durante milenios, creado con moléculas orgánicas

Científicos de Harvard han creado un disco duro de moléculas orgánicas que permite almacenar datos durante generaciones y generaciones.

3 mayo, 2019 09:57

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La información guardada en discos duros y otros dispositivos de almacenamiento no dura para siempre. Especialmente los SSD, basados en chips de memoria, que pueden perder los datos si no se conectan de vez en cuando. Para el usuario medio normalmente esto no es un problema; pero cuando tienes información muy valiosa, que debe mantenerse a toda costa y que debería poder accederse durante generaciones, sí que lo es.

Es por eso que los científicos se están inspirando en la naturaleza para encontrar nuevos métodos para almacenar datos; y, en el caso del último estudio salido de la Universidad de Harvard, lo están intentando con moléculas orgánicas. Si lo piensas, tiene sentido. Gracias a moléculas orgánicas tenemos una cierta idea de cómo era la vida hace millones de años. Otra gran ventaja es el espacio disponible. Cada día la humanidad genera trillones de bytes de datos, y esa cifra aumenta constantemente. Si queremos guardar la mayor cantidad de información posible, las moléculas orgánicas son ideales.

Un disco duro de moléculas orgánicas que dura, y dura

Sin embargo, usar moléculas orgánicas para almacenar datos no es sencillo; no tanto por el almacenamiento en sí, sino por el proceso de guardar y leer esos datos. Por eso el mayor avance que han conseguido los investigadores de Harvard han diseñado un sistema de lectura y escritura de datos con moléculas orgánicas.

El ADN es la molécula orgánica más popular entre los investigadores para almacenar datos; sin ir más lejos, no hace mucho Microsoft presentó un disco duro de ADN. Sin embargo, los investigadores de Harvard prefirieron usar oligopéptidos, compuestos de grupos de aminoácidos; el objetivo era evitar los problemas del ADN, principalmente que se trata de una molécula demasiado grande y por lo tanto, requiere más tiempo de lectura y escritura al depender de técnicas que imiten a las que se producen en la naturaleza.

Al optar por un tipo diferente de molécula, más pequeña y con menor masa molecular, los investigadores pudieron usar técnicas más comunes en el análisis químico; eso aceleró y simplificó el desarrollo del “disco duro”. El resultado fue una placa metálica con unos 384 huecos con diferentes combinaciones de oligopéptidos, cada una representando un byte de información. Este almacenamiento también funciona en binario. Si un oligopéptido concreto está presente, es “1”, y si no está, es “0”.

almacenamiento moleculas

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Para detectar la presencia de los oligopéptidos, se usa un espectrómetro de masas para analizar la masa de la molécula; ese es el “lector” del disco, y lo que permite obtener la información guardada. En las pruebas, esto permitió guardar y leer unos 400 kB de datos, a una velocidad media de ocho bits por segundo de escritura y 20 bits por segundo de lectura. Pero lo más importante es que los datos almacenados de esta manera aún estarían disponibles durante los próximos miles de años.