El futuro de la aviación: un ala gigante que se controla sin alerones, sólo con aire
BAE Systems ha presentado un sistema que permitiría crear un avión sin flaps ni alerones. El aire caliente generado por los motores es la clave.
3 mayo, 2019 11:15Noticias relacionadas
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Los pilotos actuales dependen de toda una serie de “flaps”, alerones, timones, estabilizadores, y otras partes aerodinámicas movibles para controlar un avión. Sin todo esto, el piloto dependería únicamente de los vientos y de los motores para llevar el avión por donde quiera.
La complejidad de estos sistemas está en aumento, sobre todo ahora que hay aviones cada vez más grandes y en los que el consumo y la eficiencia es cada vez más importante. Es por eso que la empresa BAE Systems cree que ya va siendo hora de dejar atrás estos métodos de control, por algo más avanzado y eficiente. Algo que no precise de partes que pueden fallar y quedarse trabadas en una posición, o que necesite un software avanzado.
Un avión sin flaps ni alerones sería posible con esta tecnología
El resultado de su investigación, en colaboración con la Universidad de Manchester, es el dron Magma UAV; como su nombre indica, es un vehículo no tripulado, pero si la tecnología que usa se populariza, podríamos empezar a verla en los aviones.
Lo llamativo del Magma es que no usa flaps ni otras superficies de control, sino una tecnología que “sopla” aire caliente para controlar el flujo de aire en las alas. El dron es básicamente una sola ala, y la expulsión de aire en los extremos permite controlarla como si tuviese alerones.
Hay dos versiones de esta tecnología. Una se centra en expulsar el mismo aire caliente generado por el motor a través de pequeñas ranuras situadas en los extremos del ala. El efecto en este caso es similar al de un alerón. La otra versión implica aprovechar el aire del escape del motor y desviarlo para variar el cabeceo.
Por el momento es sólo un prototipo, pero sus creadores afirman que tiene el potencial de mejorar tanto el control como el rendimiento de los aviones modernos, que podrían ser más ligeros, baratos y fiables. Podrían eliminarse muchos componentes y el avión prácticamente sería un ala gigante.