Estamos acostumbrados a conocer casi a diario nuevos tipos de robots. Unos cuantos ingenieros se unen con la idea de crear un robot que facilite determinado aspecto de la vida de los seres humanos; la historia de siempre.
Pero no, no todas las personas tienen el mismo concepto de utilidad. Algunas sorprenden de vez en cuando con creaciones llamativas, dispositivos que parecen sacados de la mente de un humorista o de un loco.
Como sabemos que también os gustan esas historias, hemos querido hablaros de una bastante particular. Concretamente de robots creados única y exclusivamente para ser golpeados y apuñalados por seres humanos. ¿Nos hemos vuelto locos?
Los robots creados para ser golpeados y apuñalados
Michal Luria, investigadora de la Universidad Carnegie Mellon (Estados Unidos), es la que ha llevado a la realidad la idea tan perturbadora que os hemos comentado.
Luria y su equipo explican que la tecnología, generalmente, está diseñada para soportar emociones positivas; sin embargo, no es común encontrar una tecnología que ayude a las personas a resolver sentimientos como la tristeza, la furia o la soledad.
Los investigadores trataron de solventar este problema creando lo que bautizan como “objetos catárticos”; esto es, robots a los que puedes pegar, apuñalar o insultar para sentirte mejor. De algún modo, podríamos definirlo como un robot “antiestrés”.
Tipos de objetos catárticos
El equipo creó hasta 4 “objetos catárticos” para que los humanos solventasen sus problemas mediante interacciones físicas.
El primero es el que podéis observar en la imagen superior; su aspecto es bastante extraño, parece una especie de cojín extraño. Éste percibe cuándo recibe un pinchazo con un objeto afilado, reaccionando con movimientos laterales; como si sintiese dolor por ello. Si se los quitamos, deja de moverse.
El segundo objeto es el que hemos utilizado como foto principal del artículo. Éste tiene apariencia de muñeca de trapo; aunque, emite una risa bastante irritante cuando nota que el dueño está enfadado.
Su objetivo es animar al usuario a expresar físicamente su estado emocional, según la autora. Diciéndolo en otras palabras, nos anima a golpearlo. Cuando recibe los golpes correspondientes deja de reírse.
En tercer lugar los investigadores crearon un dispositivo que permite al usuario “expresar verbalmente su frustración”; esto es, insultarle, tal y como muestra la autora en el vídeo. El objeto catártico reconoce las palabras hirientes del dueño, las “absorbe” y las reutiliza para emitir una luz más potente.
El último objeto permite al usuario crear un mensaje personalizado para luego destruirlo. Básicamente es una baldosa de cerámica que hay que introducir en un soporte; después, el usuario solo tiene que coger un martillo y destrozar la baldosa.
Como resultado, la baldosa se rompe y emite una secuencia de luz y sonido. Luria relata que el objeto permite al usuario abordar una frustración sin causar daño a nadie.
¿Está bien “maltratar” a robots?
Lo cierto es que la idea es bastante original; aunque, también sería admisible tildarla de siniestra. La autora señala que los “objetos robóticos” utilizados no están siendo maltratados, puesto que se interactúa con ellos de la forma para la que han sido diseñados.
Anima a los usuarios a pensar que los objetos son como “sacos de boxeo”; pero, destaca que hay una gran diferencia entre un saco de boxeo silencioso y las reacciones de sus robots. Quién sabe, quizás dentro de poco algún colectivo para la defensa de los derechos de los robots salga a la luz para protegerlos.
Fotos destacadas: Michal Luria (YouTube)