Los taxis voladores están más cerca de lo que creemos; aunque una cosa es que la tecnología llegue a ese nivel, y otra muy diferente que sea factible usarla. Aún queda mucho trabajo por hacer en infraestructuras y legislación para que podamos simplemente coger un taxi y salir volando a donde queramos. Eso sin nombrar los desafíos tecnológicos que aún tienen, por supuesto.
Y es que los taxis voladores ya son capaces de eso, volar. La cuestión es durante cuánto tiempo y lo rápido que nos pueden llevar de un sitio a otro. Es evidente que tendrán que ser eléctricos, aunque hemos visto algunos ejemplos con motores de combustión. Y el problema de un coche eléctrico es, por supuesto, el peso de las baterías, que es algo incluso más preocupante en un aparato volador.
El taxi volador de hidrógeno que se enfrentará a los eléctricos
Ahora la startup Alaka’i Technologies, en colaboración con BMW Designworks, ha presentado el Skai, un taxi volador que usa celdas de combustible de hidrógeno, con el que promete romper barreras en cuestión de autonomía. Es el primer aparato volador de este tipo basado en el hidrógeno, y promete una experiencia muy superior a la de uno basado en baterías.
La principal ventaja del Skai frente a otros “coches voladores” es la misma que la de un coche de hidrógeno frente a uno de baterías. Repostar hidrógeno es un proceso mucho más rápido y parecido a repostar gasolina o diésel, frente a la necesidad de enchufar las baterías y esperar a que se recarguen. Este sistema evita la baja densidad de las baterías actuales simplemente generando la electricidad directamente en el propio aparato usando hidrógeno.
Un proceso que, cuando sale mal, es desastroso; pero sus creadores afirman que han implementado varios sistemas redundantes en las celdas de combustible. Además, en caso de que los motores se apaguen, el techo del taxi guarda un gran paracaídas para al menos reducir la velocidad.
BMW Designworks ha sido la encargada de desarrollar los seis motores eléctricos que mantienen al Skai en el aire; y es gracias a esto que es un aparato mucho más grande de lo habitual, capaz de llevar a cinco personas o una carga de 450 kg. También tiene una autonomía sorprendente, de más de 640 kilómetros, aunque dependerá de la carga y de otros factores como la meteorología.
El Skai está cerca de iniciar sus primeros vuelos de pruebas, a la espera de aprobación gubernamental. El CEO de Alaka’i afirma que el objetivo es iniciarlas en 2020, de cara a que a lo largo de la próxima década empiecen los vuelos comerciales.
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